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Una vida al servicio de la química

Por Ana Luisa Guerrero

México, DF. 6 de mayo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La curiosidad de la infancia por conocer qué resulta de mezclar una sustancia con otra marcó a Oliverio Rodríguez Fernández, quien ha dedicado toda una vida a la química, lo que le se ha convertido en dirigir el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), que pertenece al Sistema de Centro Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

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“Siempre fui muy curioso desde niño y me gustaba mezclar cosas para ver qué pasaba. Eso me despertó el entusiasmo por la química al poner dos cosas diferentes y que resultara una tercera nueva, me entusiasmó a trabajar en la parte de la química”, dijo elocuente a la Agencia Informativa Conacyt.

recuadro01 oliverio rodriguezDesde esos primeros comienzos supo de su vocación por la ciencia y decidió hacerla parte de su camino, que incluso, le permitió conocer a su esposa, con quien ha compartido pasillos universitarios y laboratorios en el mismo CIQA.

El doctor en Polímeros por la Universidad de Loughborough, en Inglaterra, compartió que los científicos están lejos de ser esos seres aislados de bata blanca que poco se conectan con la vida cotidiana; por el contrario, dijo, son personas semejantes a la mayoría de la población.

Su caso es singular. Ha dedicado los últimos 29 años de su vida a hacer ciencia en el CIQA, al ser un convencido de que la investigación impulsa el desarrollo tecnológico de los países que la producen, pues impacta positivamente en las áreas social e industrial.

Dedicado al CIQA

Director general del centro desde noviembre de 2012, Rodríguez Fernández recordó sus primeros pasos en la institución a la que ha dedicado esfuerzos.

oliverio rodriguez01“Soy de Buenaventura, Coahuila. Terminé la carrera de químico en la Universidad Autónoma de Coahuila, y ahí se estaba abriendo una Maestría en Polímeros; ya en ese tiempo los plásticos tenían mucha importancia comercial y tecnológica, y me decidí a hacer una maestría con una beca del Conacyt”, relató.

Practicante ferviente de triatlón, narró que cuando realizaba su tesis de maestría en el CIQA fue invitado a trabajar como asistente de investigación; corría el año de 1986, que lo marcó de por vida, ya que fue ahí cuando comenzó su carrera al interior del centro.

“Empecé a trabajar como asistente y tuve la oportunidad de hacer el doctorado también con una beca del Conacyt, y me fui a Inglaterra en 1994. Tras esos estudios seguí haciendo investigación y en el CIQA me ha tocado ver su transformación, de ser un centro con el propósito de buscar la generación per se del conocimiento, a ser un centro que se ha transformado en buscar la aplicación del conocimiento y de recursos humanos”, aseveró.

Con el tiempo obtuvo la designación de investigador y fue creciendo científica y administrativamente en el centro, pues tuvo a su cargo el Departamento de Procesado de Plásticos y la División de Tecnología Química de Polímeros; luego lideró la Dirección de Investigación y Posgrado, y más adelante la Dirección de Investigación y Vinculación, para después ser designado director general, cuyo periodo concluye en 2017.

Espíritu científico

La primera vez jamás se olvida. La experiencia inicial del doctor Rodríguez Fernández en un laboratorio fue en la Facultad de Ciencias Químicas, cuando cursaba la licenciatura: “Fue en 1979, sentí emoción por ver que lo explicado en la teoría podía ponerse en práctica; ahí me daba cuenta que en ocasiones eso acontecía como uno lo esperaba, pero en otras no resultaba;  y eso despertó en mí la curiosidad de hacer investigación”.

Ahora que dirige el CIQA las responsabilidades han cambiado, sin embargo, sigue haciendo trabajos en la materia.

“Me gusta hacer investigación, la parte de desarrollo tecnológico, la formación de recursos humanos y el poder dar a conocer, a través de la difusión del conocimiento, lo que yo hago como investigador, lo que hace el grupo de investigación en el que estoy, y lo que hace todo el CIQA como centro de investigación”, detalló.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel II, de la Sociedad Polimérica de México, de la Sociedad de Ingenieros Plásticos y de la Sociedad Americana de Química, en la actualidad realiza trabajos sobre materiales nanoestructurados en los cuales se incorporan nanopartículas, como óxidos metálicos, grafénicos o estructuras de carbono, a fin de modificar las propiedades eléctricas que mejoren su resistencia mecánica y que puedan ser aplicados en los sectores automotriz, aeronáutico y electrónico.

Ética y responsabilidad

En entrevista, el doctor Oliverio reconoció que desempeñar una labor como la suya obliga a actuar con ética y responsabilidad, porque estar al frente de un laboratorio tiene el propósito de contribuir al oliverio rodriguez02crecimiento del país y de su gente.

“Portar una bata blanca representa responsabilidad y mucha ética, porque derivado de lo que yo haga puede haber productos para aplicaciones positivas o negativas; ahí la ética es importantísima como para siempre buscar que lo que hagamos sea para un bien”, enfatizó.

En ese sentido, reconoció que como docente el compromiso es formar estudiantes de excelencia y contagiarles el que se conduzcan de la mejor manera posible.

“Para mí es muy satisfactorio formar recursos humanos de todo tipo, estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado que van a hacer prácticas con nosotros. Es muy gratificante que estos muchachos con el tiempo sean investigadores consolidados; es una semilla que uno siembra y se va reproduciendo”, abundó.

La labor que desempeña también se refleja en la puesta en práctica de los resultados obtenidos en las recientes investigaciones, y también calificó como satisfactorio que sirve para mejorar diversos aspectos de la vida cotidiana, para formar una nueva empresa, ayudarla a crecer y mejorar sus procesos.

Asimismo, la divulgación juega un papel central en dar a conocer los avances y para cambiar la imagen que se tiene de los científicos, afirmó.

“De niño escuchaba hablar de los investigadores y los tenía etiquetados como un Ciro Peraloca. Ahora la difusión ha cambiado y cuando recibimos a los pequeños en nuestras instalaciones se dan cuenta que somos gente normal”, agregó.

Con 43 artículos científicos publicados y más de 50 participaciones en congresos nacionales e internacionales, destacó la importancia de inculcar la práctica científica entre la sociedad, debido a que en México existe la capacidad y la calidad en instituciones públicas y privadas.

Vida de satisfacciones

recuadro02 ciqaLa ciencia ha dejado grandes satisfacciones a Oliverio Rodríguez Fernández, le ha permitido un desarrollo profesional amplio y logros personales. Uno de ellos es el haber encontrado a sus compañera de vida, quien también es investigadora.

En este transitar, tiene la dicha de haber procreado dos hijos. Sin embargo, ninguno de ellos ha mostrado interés para seguir sus pasos. El mayor, de 20 años, estudia leyes, y el menor que está en la preparatoria desea dedicarse a una carrera de nutrición o fisicoterapia.

Entusiasta, el doctor Rodríguez Fernández confía en que nuestro país seguirá avanzando en el impulso a la ciencia, la tecnología y la innovación, debido a que se cuenta con la materia prima, es decir, una población capaz.

 

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