Dafne Almazán, premio de la Juventud CDMX 2018
Por Aketzalli González
Ciudad de México. 27 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- En reconocimiento a su sobresaliente trayectoria académica, Dafne Almazán Anaya, maestra en educación, recibió el Premio de la Juventud CDMX 2018, en la categoría de Actividades Científicas y Académicas.
La presea la otorga el Instituto Mexicano de la Juventud de la Ciudad de México (Imjuve) para reconocer el talento y esfuerzo de jóvenes mexicanos.
Dafne Almazán fue distinguida por un jurado multidisciplinario integrado por académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), además de especialistas del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve).
“Estoy muy feliz de haber recibido el premio pero también siento una gran responsabilidad por apoyar a otros jóvenes y niños en su educación”, comentó la joven en entrevista exclusiva para la Agencia Informativa Conacyt.
El premio valora su trayectoria académica, ya que con 13 años de edad consumó la licenciatura en psicología en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), y tres años más tarde concluyó sus estudios de maestría en educación con acentuación en mecanismos de enseñanza aprendizaje, en la misma institución.
La joven realizó una tesis sobre los efectos positivos de la educación diferenciada en la enseñanza de matemáticas para sobredotados en niveles educativos elementales.
Asimismo, tiene dos certificaciones profesionales de la Universidad de Harvard, en educación diferenciada y en técnicas de aprendizaje significativo. En 2016, recibió el Premio Mujer Tec y el Premio Nacional de Psicología.
Además de sus logros académicos, Dafne Almazán comenzó una nueva licenciatura en derecho, y forma parte del Programa de Potenciación Intelectual del Departamento de Psicología del Centro de Atención al Talento (Cedat).
“Yo no me considero genio, un genio es una persona que ha hecho aportes a la humanidad. El término de sobredotación es una persona con un coeficiente intelectual mayor a 130 puntos. Los niños sobredotados somos igual a los demás, más bien todo el tiempo queremos aprender otras cosas”, señaló.
El inicio de todo
Admiradora de Marie Curie, Dafne Almazán disfruta tocar el piano, practicar deporte, leer a Víctor Hugo y salir con sus amigas los fines de semana.
Alegre y segura, la joven comentó que tuvo una infancia normal con la inquietud por aprender más. Gracias a su familia y los antecedentes de sus hermanos, que también presentan avances académicos notables, la pequeña fue diagnosticada a los cuatro años como sobredotada, pero desde los dos años comenzó a leer y escribir.
“Se tiene el mito que un niño sobredotado no tiene infancia porque está encerrado en un cuarto estudiando. Eso es completamente falso. Yo desde pequeña tengo amigos, más bien debo organizar mi tiempo”, comentó.
La joven cursó la educación primaria en solo un año, egresó de la secundaria con ocho años de edad y estudió la preparatoria en dos años, en la Universidad del Valle de México (UVM).
“Mis papás apoyan mucho mi educación. Ellos me dieron las herramientas para avanzar a mi ritmo. Mis hermanos también fueron una gran influencia”.
El Centro de Atención al Talento, inaugurado en 2010, cuando Dafne Almazán tenía ocho años, apoyó a la joven en su desarrollo intelectual y personal.
La organización reúne a menores de edad con coeficiente intelectual mayor a 130, y atiende las necesidades emocionales y de conocimiento de sus estudiantes. Además, está comprometido con detectar, atender, retener e investigar a los niños y jóvenes con sobrecapacidad intelectual. Su padre, el doctor Asdrúbal Almazán Meléndez, es director y fundador de la institución.
“Fue una gran oportunidad estar en el Cedat. Ahí pude tener amigos igual a mí. También me ayudó en mi desarrollo personal y académico”.
Trayectoria y curiosidad
Dafne Almazán relató que estudió psicología ante la inquietud infantil por la conducta humana y el cerebro. Asimismo, recalcó la influencia inspiradora de su hermano Andrew Almazán Anaya, ya que él también estudió psicología y cada tarde compartía con su familia los conocimientos vistos en la universidad.
Sin embargo, el Cedat fue primordial para tomar la elección por la licenciatura en psicología. Al observar las necesidades existentes en la educación para niños sobredotados, la joven quería contribuir en la educación.
De igual forma, acentuó que al estudiar la licenciatura en derecho podrá apoyar en el área legislativa a los sobredotados.
La maestría en educación en el Tecnológico de Monterrey le permitió realizar un estudio delimitado en álgebra básica, pues en la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) nacional fue una de las áreas de más bajo rendimiento a nivel elemental.
“Mi tesis de maestría fue sobre la enseñanza de las matemáticas en una educación diferenciada usando estrategias interactivas. En esta tesis, enseñamos álgebra básica a un grupo de niños de siete años para ver si aprenden mejor con estas estrategias”.
En la actualidad, Dafne estudia un doctorado en atención educativa en Estados Unidos, además de la segunda licenciatura en derecho. El doctorado está centrado en la educación especial, la joven guiará sus investigaciones en el área de género, en las niñas sobredotadas.
“Hace un año empecé una campaña de género, es una campaña de cinco años, para seguir trabajando en detectar niñas sobredotadas. Que las niñas vean que son diferentes y no se tienen que adaptar al sistema”.
A su corta edad ha dado impulso a una de las iniciativas más sólidas para detectar y diagnosticar a mujeres y niñas sobredotadas a nivel nacional, que actualmente padecen escenarios de discriminación.
“Estoy muy feliz de recibir el premio y quiero decirle a todos los niños que aprovechen todas las oportunidades que se les presentan y se esfuercen en todas las etapas de su vida”, concluyó.
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