Obtiene seis nuevas patentes el Instituto de Biotecnología de la UNAM

Por Génesis Gatica Porcayo

Ciudad de México. 11 de mayo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El Instituto de Biotecnología (IBt), perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuya sede se encuentra en Cuernavaca, Morelos, tiene alrededor de 207 solicitudes de patente, de las cuales han sido otorgadas 88 de ellas en años recientes, lo que convierte a dicha institución en la entidad con más patentes en la máxima casa de estudios.

De acuerdo con Mario Trejo Loyo, secretario técnico de Gestión y Transferencia de Tecnología de la Secretaría de Vinculación del IBt, uno de los objetivos del instituto, desde su fundación en 1982, es el desarrollo de tecnología; sin embargo, esta debe ser competitiva y que pueda contar con la colaboración del sector productivo. 

Esta condición de producción tecnológica es la que permite a la instancia tener un crecimiento continuo del número de patentes otorgadas.

De las seis nuevas patentes que se han concedido al instituto, cuatro de ellas fueron otorgadas en México, una más en Canadá y otra en Brasil. Además, la mitad de estas se enfocan en el estudio de los venenos de alacranes y son alrededor de 12 investigadores del instituto los involucrados en las invenciones.

Uno de los consorcios más productivos de la investigación

“Las solicitudes de patentes que están por otorgarse al IBt tratan de temas bastante diferentes, pero a través de ellas podemos apropiarnos de las tecnologías desarrolladas, y eso nos permite negociar con las empresas”, declaró Mario Trejo en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.

De acuerdo con el especialista, la importancia y el impacto que estas patentes pueden tener en el instituto se centran en la necesidad de crear líneas de investigación que puedan ser aplicadas a la vida útil de la sociedad.

El IBt considera las investigaciones con venenos de animales ponzoñosos como uno de los consorcios de indagación científica más productivos del instituto, y son específicamente los venenos de alacranes los más estudiados entre el cuerpo docente.

“Generalmente hay una connotación negativa en el tema de venenos de alacranes debido a las consecuencias que hay tras una picadura. Sin embargo, entre los componentes del veneno suele haber sustancias con utilidad médica”, expresó Mario Trejo.

Con estas investigaciones y las patentes obtenidas, se espera que en el tema de venenos de alacranes se puedan llevar al mercado nuevas soluciones y vías de tratamiento a enfermedades autoinmunes como la psoriasis, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, entre otras.

Otras investigaciones relevantes

En cuanto al área de investigación y desarrollo de tecnologías para la producción de biocombustibles o plásticos biodegradables, especialistas del consorcio de investigación de Ingeniería Metabólica y Biología Sintética del instituto encontraron una proteína ubicada en la bacteria Escherichia coli y una mutante de esta proteína.

Mario Trejo mencionó que con esta investigación se pretende su uso en procesos de fermentación sumergida para la creación de productos de interés comercial como los bioplásticos biodegradables y biocombustibles, por lo cual esta patente está disponible para su licenciamiento.

Para el sector agrícola, se ha creado un en polvo con base en un microorganismo, que tiene como objetivo principal combatir la antracnosis, situación provocada por un hongo (Colletotrichum gloeosporioides) que se encarga de producir manchas negras en los mangos.

La aplicación de este biofungicida se da de manera preventiva a lo largo del desarrollo del árbol, reduciendo significativamente la incidencia y severidad de la enfermedad, por lo que beneficiará la producción y exportación del mango.

Para esta patente se tuvo la colaboración del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), sede Culiacán, además de los investigadores Enrique Galindo, Leobardo Serrano y Martín Patiño.

Oportunidad para el acercamiento ciencia-sociedad

El apoyo que Mario Trejo Loyo ha brindado a los investigadores a través de la Secretaría Técnica de Gestión y Transferencia de Tecnología se basa en la redacción y gestión de cada una de estas patentes, así como en la negociación con las empresas.

“Poder desarrollar tecnologías con el sector productivo permite tener un impacto no solo a nivel científico sino que además la gente conoce sobre el instituto, lo que permite tener mayor presencia en productos que eventualmente se podrán comprar o que pueden hacer más limpia la producción de objetos de uso común”, comentó el doctor Enrique Galindo.

De acuerdo con los especialistas, la población relaciona el uso del dinero público para la universidad y se logran obtener beneficios tangibles acercando así el sector de investigación científica con la sociedad.

 

 

Ver texto en pdf.

 

Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.

---