El potencial geotérmico del golfo de California
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 14 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Se han obtenido resultados preliminares positivos de la investigación que tiene por objetivo determinar la viabilidad para generar energía geotérmica en el golfo de California, proyecto a cargo de Antonio González Fernández, investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).
La investigación, iniciada hace dos años, forma parte de los proyectos impulsados desde el Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (Cemie-Geo).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Antonio González precisó que se están aplicando diversas metodologías como parte de la misma investigación y cada una ofrece datos alentadores.
“En principio, los primeros resultados son muy buenos, lo que nos falta es unir cada una de las metodologías y tener una interpretación conjunta, pero cada una por separado está dando muy buenos resultados”, mencionó.
Señaló que actualmente, a nivel mundial no hay proyectos de explotación geotérmica marina, ya que países como Italia e Islandia se encuentran haciendo estudios a nivel de exploración.
“Si se pudiera generar energía eléctrica a partir de ese recurso, tiene la ventaja que es un recurso mucho más limpio de lo que es el petróleo por ejemplo, es una energía relativamente limpia y renovable”, destacó el investigador.
Calor y agua subterránea
Antonio González explicó que para producir energía geotérmica se requieren dos elementos fundamentales: calor y agua subterránea.
“Se necesita agua subterránea porque sino el aprovechamiento de ese calor sería muy difícil, entonces es necesario que haya agua subterránea, que se caliente, que sea posible extraerla del subsuelo y con ello generar energía o aprovechar esa agua caliente”, detalló.
Para determinar si en el golfo de California existen zonas que cumplan con los dos requisitos, se aplican diversas metodologías; una de ellas es la toma de muestras de sedimentos que son analizados, al igual que el agua dentro de ellos.
“Los núcleos que se sacaron fueron de tres metros de profundidad y se extrajo agua dentro de los núcleos, ahí se hacen análisis geoquímicos y de las propiedades químicas de los núcleos y también de la presencia de diferentes isótopos, eso nos indica si el agua ha sido alterada por la temperatura, si ha sido agua marina que se ha ido filtrando a los sedimentos o si es agua subterránea”, abundó el investigador.
Otro de los principales métodos que se aplican es el electromagnético, mismo que busca zonas con menor resistencia al paso de la electricidad, lo que en teoría está asociado a la presencia de agua subterránea.
Y la tercera metodología es la de flujo de calor, que consiste en clavar en el fondo marino una sonda de seis metros de largo y medir las temperaturas en diferentes profundidades, de tal manera que se obtengan datos respecto al flujo de calor.
“Esos son los métodos fundamentales, pero también se ha estado aplicando batimetría para calcular la profundidad del fondo marino y ver si hay fallas por debajo de este; otro es el método de sísmica, para ver cuál es la estructura del subsuelo en profundidad, y magnetometría para ver el campo magnético”, agregó.
Producir energía geotérmica
Todos los datos obtenidos de la investigación se harán públicos al finalizar el proyecto, con lo que se espera generar el interés del sector privado para explotar el lugar con miras a la producción de energía geotérmica.
Antonio González vislumbra un procedimiento similar a lo que ocurre con los campos petroleros, ya que incluso implica el uso de la misma tecnología.
“La única dificultad es extraer el agua en mar, para lo cual se necesitaría la plataforma tipo petrolera pero el resto es igual: sale agua a muy altas temperaturas, se pasa por turbinas o métodos de ciclo combinado, en los cuales el calor de agua se pasa a otro fluido que es el que mueve las turbinas, pero la tecnología sería igual”, concluyó.
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