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Un equipo binacional de investigadores identificó un nuevo sitio de crianza de tiburón blanco

CENTRO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y DE EDUCACIÓN SUPERIOR DE ENSENADA, BAJA CALIFORNIA

Boletín informativo

No. 2/2017

  • Se tiene además una alta tasa de mortalidad de recién nacidos por redes agalleras 

400_tibu_171.jpgEnsenada, Baja California, México, 24 de enero de 2017. Un estudio reciente publicado por investigadores del CICESE, del Acuario de Monterey Bay y de la Universidad Estatal de California en Long Beach, ha confirmado que las aguas de Bahía Vizcaíno y las lagunas costeras de ese margen peninsular son una importante área de crianza de tiburones blancos, y que la población de este tiburón en el Pacífico nororiental podría estar siendo impactada debido a la captura accidental de crías recién nacidas.

“Hemos sabido por más de 30 años que el área entre Point Loma y San Diego, en California, es de crianza para el tiburón blanco”, indicó el Dr. Oscar Sosa Nishizaki, investigador del Departamento de Oceanografía Biológica del CICESE y autor de correspondencia del artículo. “Ahora hemos confirmado que la Bahía de Sebastián Vizcaíno, a media península, es una segunda área de crianza para los tiburones blancos que viajan entre el sur de California y Baja California”.

El estudio, titulado “Importance of Bahia Sebastian Vizcaino as a nursery area for white sharks (Carcharodon carcharias) in the Northeastern Pacific: A fishery dependent analysis”, fue publicado este mes en la versión electrónica de la revista Fisheries Research (se imprimirá en el número de abril de este año). En él se documenta también una tasa alta de mortalidad para tiburones blancos recién nacidos que se pescan accidentalmente en redes agalleras o de enmalle a lo largo de la costa de Baja California: entre 25 y 175 crías cada año. 

“Es importante identificar y proteger estos criaderos para apoyar el reclutamiento exitoso de juveniles y su supervivencia”, agregó Oscar Sosa. “Esa es la clave para asegurar la conservación a largo plazo de la población de este tiburón en el Pacífico nororiental”.

Los pescadores de Baja California pueden capturar accidentalmente tiburones blancos cuando usan redes de enmalle para atrapar especies demersales (que viven cerca del fondo), como lenguado o peces guitarra (una especie de raya), de acuerdo a Erick Oñate González, autor principal del artículo y también académico del CICESE. Estos peces, que son importantes comercialmente, frecuentan las mismas aguas que los tiburones blancos juveniles. 

“Nosotros y nuestros colegas del gobierno mexicano estamos trabajando con los pescadores para encontrar maneras de evitar la captura accidental de tiburones blancos jóvenes”, dijo Oscar Sosa Nishizaki. “Esto incluye cambiar el tamaño de malla que usan en sus redes, o reducir la cantidad de tiempo que éstas se dejan en el agua”.

Los investigadores del CICESE y el gobierno mexicano están buscando contrarrestar esta mortandad entrenando a pescadores locales sobre cómo liberar ilesos a los tiburones blancos de sus redes.

México protege esta especie desde 2007, cuando prohibió toda la pesca comercial y deportiva de tiburones blancos en aguas nacionales. Posteriormente, en 2012, algunas zonas de Baja California (sus aguas) fueron cerradas a la pesca comercial durante la temporada de crianza de estos grandes peces, y en 2014 se prohibió totalmente el desembarque de tiburones blancos o de cualquiera de sus partes. 

Los autores del artículo consideran que se necesita más educación y más acciones para reducir sus niveles de captura, de lo contrario “podría haber un impacto sustancialmente negativo en la población de tiburón blanco del Pacífico nororiental”.

Estudios preliminares liderados por investigadores del Acuario de Monterey Bay y de la Universidad Stanford han confirmado que esta población es genéticamente distinta a la de otros tiburones blancos en cualquier parte del mundo. 

Investigaciones posteriores estimaron que en 2008 sólo había entre 300 y 400 tiburones blancos adultos (en edad reproductiva o casi reproductores) en la población del Pacífico nororiental. No obstante, otros científicos han sugerido que se deben contabilizar los juveniles y adultos, lo que resulta en un conteo que puede llegar a miles de organismos. 

“Estamos empezando a entender la vida de los tiburones blancos en esta parte del mundo”, dijo el Dr. Salvador Jorgensen, quien dirige el programa de tiburones blancos del Acuario de Monterey Bay. “Sabemos que desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la salud de los ecosistemas oceánicos. Por eso es crítico identificar las aguas que son importantes para sus diferentes etapas de vida. Los recién nacidos y los tiburones jóvenes son especialmente vulnerables a las presiones de pesca. Para quienes administran la pesquería, identificar las zonas de crianza facilita el gestionar las amenazas que podrían poner en peligro a los tiburones jóvenes”.

El estudio confirma que la Bahía de Sebastián Vizcaíno cumple con los tres criterios que definen las áreas de crianza para tiburones: Es el hogar de tiburones inmaduros en mayor número que en otros lugares; el aumento observado en el número de recién nacidos y tiburones jóvenes a lo largo del año se produce de manera estacional, y este aumento estacional ocurre consistentemente de un año a otro. 

Los datos del estudio apoyan los tres criterios, con un apogeo de recién nacidos entre mayo y septiembre de cada año. En la Bahía de Sebastián Vizcaíno abundan otras especies de peces que son presa de tiburones blancos jóvenes, lo que significa que hay suficiente comida a su disposición en esta importante etapa de sus vidas, según los autores. 

Al mismo tiempo, los investigadores identificaron amenazas significativas para los tiburones recién nacidos en esta bahía. Trabajando con pescadores locales y examinando los restos de tiburones que fueron desembarcados en los campos pesqueros a lo largo de la costa occidental de la península de Baja California, documentaron 390 tiburones blancos muertos entre 1999 y 2013. Debido a que se trata de una especie que ha estado protegida durante la mayor parte de ese período, se consideran capturas incidentales o no intencionales.

Los autores señalan que quizá sea necesario reforzar las regulaciones de pesca existentes, establecer zonas específicas de conservación y regular las artes de pesca en aguas que formen parte de los territorios donde nacen. 

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Para mayor información: 

Norma Herrera, Jefe del Departamento de Comunicación

Tel: (646) 175 05 31

Cel: (646) 117 16 27

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