Un consumo mínimo de dulce y ejercitarse evitan las enfermedades
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
Número 161
4 de abril de 2017
- Siete de cada diez mexicanos presenta estos padecimientos
- Experta de la UAM disertó sobre el consumo en exceso de azúcar, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2
El exceso en la ingesta de azúcar, asociado a una baja actividad física y a factores genéticos y medioambientales inciden en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, considerados problemas complejos de salud pública en el mundo y en México, en particular, declaró la doctora Marcia Hiriart Urdanivia, profesora-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la directora del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México dictó la Conferencia: El exceso de azúcar, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, en la que recomendó reducir al máximo el consumo de endulzantes y practicar con regularidad un deporte para evitar enfermedades.
El incremento de la grasa corporal, fundamentalmente la obesidad central –abdominal– está asociada a la hipertensión, el desorden de los lípidos circulantes –valores elevados de triglicéridos y colesterol– la resistencia a la insulina y a otros problemas que generan el síndrome metabólico, que es el conjunto de signos que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, padecimientos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
El país ocupa el segundo lugar en el plano internacional en obesidad, debido a que 71.28 por ciento de la población la presenta, junto con sobrepeso, es decir, siete de cada diez mexicanos está en esa condición.
En el ciclo de conferencias La ciencia en tu universo, convocado por el Grupo temático de Física del Departamento de Ciencias Básicas, la investigadora mencionó que 347 millones de individuos padecían diabetes en 2013, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2004 fallecieron 3.4 millones de personas como consecuencia del exceso de azúcar en la sangre y la OMS prevé que los decesos por diabetes se multipliquen por dos durante el periodo 2005-2030.
Las estadísticas del organismo revelan que más de 80 por ciento de las muertes por ese padecimiento ocurre en las naciones de ingresos bajos y medios; 55 por ciento corresponde a mujeres y 90 por ciento es producto, en gran medida, del peso corporal excesivo y de la inactividad física.
La doctora Hiriart Urdanivia indicó que “los mexicanos tenemos una carga genética que nos hace propensos a desarrollar diabetes, además de que los hombres con gordura pueden provocar que sus vástagos desarrollen sobrepeso”.
La ingesta de alimentos en abundancia provoca primero aumento de peso y enseguida obesidad asociada al crecimiento de la secreción de insulina, una hormona segregada por el páncreas que regula la cantidad de glucosa.
Niveles altos de esa hormona en la sangre provocan hiperinsulinemia, la cual ocurre cuando el páncreas segrega cantidades anormales para que el azúcar presente un rango óptimo en la sangre, que debe estar entre 60 a 100 miligramos por decilitro; entre 100 y 125 muestra evidencia de problema metabólico y más de 125 de que se padece diabetes mellitus tipo 2.
En el Instituto de Fisiología Molecular la doctora Hiriart Urdanivia estudia, junto con un equipo de trabajo, los mecanismos que controlan la secreción de insulina en la salud y en los cambios fisiopatológicos en el síndrome metabólico y en la diabetes mellitus.
En sus investigaciones con ratas Wistar macho de dos meses de edad a las que se les dio agua sacarosada al 20 por ciento, encontró que después de dos meses registraron aumento de peso y en 180 días mostraron severa obesidad. También manifestaron síndrome metabólico semejante al de los seres humanos como grasa corporal, obesidad central, hipertensión, desorden de los lípidos circulantes e intolerancia a la insulina e hiperinsulinemia.
Al retirar el agua endulzada los roedores mostraron descenso en el apetito, disminución lenta y progresiva de peso, sin alcanzar su talla normal, pero si se les volvía a ofrecer el líquido azucarado lo preferían al natural, lo que puede determinarse como una adicción.
El estudio confirmó que el consumo de azúcar y refrescos contribuye a la epidemia de sobrepeso y obesidad, por lo que planteó la necesidad de disminuir el consumo de esos productos, preferiblemente sólo en frutas, así como hacer ejercicio con regularidad y tener una dieta balanceada de acuerdo con la edad.
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