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La doble hélice del ADN, la molécula de la vida y sus revolucionarias implicaciones


EL COLEGIO NACIONAL

Comunicado de prensa

13 de octubre de 2017

  • Hay evidencia científica contundente sobre la inocuidad y ausencia de daño de los OGM como alimento humano y animal: Bolívar Zapata
  • Hemos comido alimentos transgénicos desde hace unos 7,000 años: Herrera Estrella
  • La revolución tecnológica para descifrar y modificar el ADN no tiene ningún paralelo: Soberón Mainero
  • Captura de pantalla 2017-10-19 a las 14.55.25.pngComo parte del 2º EncuentroLibertad por el saber: Tiempos de revoluciones se realizó ayer el simposio La doble hélice del ADN, la molécula de la vida y sus revolucionarias implicaciones coordinado por el miembro de El Colegio Nacional Francisco G. Bolívar Zapata y con la participación de Luis Herrera Estrella de Langebio, Cinvestav-Irapuato, y Xavier Soberón Mainero del Instituto de Biotecnología, UNAM e INMEGEN. El descubrimiento de la doble hélice del ADN fue una de las principales revoluciones en la biología, de ahí su pertinencia dentro del encuentro.

    El mensaje central de la participación de Bolívar Zapata fue resaltar que la estructura de doble hélice del ADN la compartimos todos los seres vivos y los virus, y que es justamente esta estructura la que hace posible la transferencia horizontal y la recombinación genética del material genético de distintos organismos, es decir, la construcción de organismos genéticamente modificados (OGM).

    “Esto es lo que nos va a dar la certeza de que los organismos transgénicos están hechos también de genes iguales que hay en todos lados y eso es lo que sustenta la inocuidad”, dijo Bolívar y explicó que los organismos transgénicos se construyen para contar con mejores organismos para atender problemáticas y demandas, por ejemplo, el uso de proteínas transgénicas en el sector salud como la insulina y algunas vacunas. Otros sectores que ya se han beneficiado del uso de transgénicos son la producción de alimentos y las plantas transgénicas, a las cuales se les confiere resistencia contra plagas y así se reduce la cantidad de agroquímicos dañinos que se utilizan.

    El doctor Herrera Estrella, habló sobre cinco revoluciones biotecnológicas en la producción y la calidad de los alimentos. La primera fue la domesticación de los alimentos, como la transformación del teosinte a maíz en Mesoamérica. La segunda revolución implicó el mejoramiento genético sistemático de los cultivos gracias a las leyes de Mendel. La tercera consistió en crear plantas enanas pero con muchas semillas, con lo cual la producción de alimentos aumentó mucho aunque una de sus consecuencias negativas fue la contaminación secundaria al uso desmedido de agroquímicos.

    La cuarta revolución es la de las plantas transgénicas, donde “volvemos empezar a hacer cambios dramáticos del mejoramiento genético convencional”, dijo Herrera. Ejemplos de este mejoramiento son aumentar la vida de anaquel o agregar nutrientes a los productos, pero principalmente combatir plagas y reducir o eliminar el uso de agroquímicos para que las personas no los consuman y se reduzca la degradación ambiental.

    La quinta revolución consiste en la edición de genomas para incluir de forma dirigida características deseables en un cultivo, como resistencia a la sequía, en un periodo corto. Herrera aclaró que “esto no es un transgénico, sino una modificación genética que replica lo que ocurrió en la naturaleza”. 

    El simposio cerró con la plática de Xavier Soberón Mainero, quien analizo si la revolución en el manejo del material genético también generará una revolución en la medicina. “No existe ninguna tecnología en la historia de la humanidad que haya progresado, que se haya abaratado o que se haya hecho tan poderosa en tan poco tiempo como la tecnología genética, por eso es, sin duda, la base de una revolución”, dijo Soberón. 

    En términos de medicina se busca que los servicios médicos se beneficien a partir del conocimiento del genoma humano y que esto dé paso a un nuevo tipo de medicina llamado de 4P’s: personalizada, basada en el genoma de cada persona; predictiva, porque se podrá ver muy pronto qué posibilidades hay de desarrollar enfermedades; preventiva, para pasar de una acción reactiva a una donde se busca mantener saludable a la persona y participatoria, donde cada individuo se haga cargo de su salud con la ayuda de los profesionales de la salud.

    Puede consultar el simposio completo en el canal de YouTube de El Colegio Nacional:

    https://www.youtube.com/watch?v=c9HFNY50coY

    Para mayores informes:

    Alicia Sandoval Perea, Encargada de prensa y vinculación

    Tel. 5789 4330 Ext. 141

    El Colegio Nacional

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