Identifica Cinvestav pigmentos originales del códice maya
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DE ESTUDIOS AVANZADOS
Boletín de Prensa No. 75
24/Septiembre/2018
- Los investigadores de la Unidad Querétaro analizaron el pigmento conocido como Azul Maya, que permitió a los expertos del INAH demostrar con certeza la autenticidad del documento.
El Cinvestav Unidad Querétaro, a través de un equipo de investigación encabezado por Omar Jiménez Sandoval, formó parte del consorcio de investigación integrado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la UNAM y la Universidad de Colorado, Estados Unidos, que permitió autentificar como original el ahora llamado Códice Maya de México, antes conocido como Códice Grolier.
La colaboración del equipo de trabajo del Cinvestav consistió en realizar estudios espectroscópicos (FTIR y Raman) y de difracción de rayos X, de fragmentos de algunos folios del códice, así como de muestras de materiales y pigmentos de referencia, con el objeto de apoyar los esfuerzos del INAH para determinar la autenticidad del documento.
Los investigadores del Cinvestav realizaron estudios de Espectroscopia de Infrarrojo con Transformada de Fourier (FTIR, utilizando el método de reflectancia totalmente atenuada con punta de diamante), Espectroscopía Raman de Alta Resolución (con líneas láser de 632 y 785 nanómetros) y Difracción de Rayos X (con la configuración óptica de haz paralelo).
Con esos análisis realizados fue posible la identificación plena de algunos pigmentos y materiales de la imprimatura de este documento histórico; “particularmente se logró la identificación inequívoca del pigmento conocido como ‘azul maya’, misma que permitió a los expertos del INAH demostrar con certeza la autenticidad del Códice ‘Grolier’, que incluso cambió de nombre, por el de ‘Códice Maya de México”’, explicó Jiménez Sandoval.
“El azul maya es un pigmento ‘híbrido’, compuesto por el mineral paligorskita y el colorante índigo, de origen vegetal, y en dicho estudio no fue identificado; en el presente esfuerzo, en el cual Cinvestav tuvo un papel fundamental, se logró, de manera inequívoca, identificar el azul maya, con lo que se da por concluida la controversia y se demuestra la autenticidad del códice más antiguo de México”, sostuvo.
Estos estudios también identificaron otros pigmentos que forman parte del códice, en especial la presencia de grana cochinilla, así como de otros minerales que componen la imprimatura (capa de preparación o pictórica, base de los glifos) del mismo.
Las conclusiones a las que se llegaron con los análisis del Códice Maya de México podrán generar diversas publicaciones especializadas o de divulgación, dada la relevancia de los descubrimientos para el patrimonio histórico y cultural de México y del mundo.
El resultado de estas investigaciones fue presentado en el simposio “El Códice Maya de México, antes Grolier”, realizado en fechas recientes en el Museo Nacional de Antropología y el libro del mismo nombre, que incluye las conclusiones, será presentado el próximo 5 de octubre, en el mismo lugar, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia.
El Códice Maya de México es el único de este origen existente en el país (los otros tres reconocidos como auténticos, Dresde, Madrid y París, se encuentran en dichas ciudades); además, “es muy probable que sea el más antiguo conocido hasta el momento, tanto por el fechado mediante radiocarbono, como por su estilo e iconografía; se trataría también del libro más antiguo de América”, sostuvo Omar Jiménez.
La contribución del Cinvestav al proyecto del Códice Maya se gestó por una colaboración entre Alba Azucena Barrios Ruiz, del Laboratorio de Geología, de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, y Omar Jiménez Sandoval, quienes habían coincidido previamente en su paso por el Instituto de Química de la UNAM.
“Como miembro del Cinvestav colaborar en proyectos multidisciplinarios, que tienen un profundo impacto a nivel nacional e internacional, es un gran privilegio. Nuestra contribución pone de relieve el potencial que tenemos como institución para generar no sólo conocimiento científico y tecnológico de vanguardia, sino que muestra nuestra capacidad para realizar aportaciones valiosas en el ámbito histórico-cultural”, señaló el investigador.
El códice fue presentado públicamente, por primera vez en 1971, en una exposición en el Club Grolier de Nueva York (de donde tomó su nombre), por Michael D. Coe, profesor de la Universidad de Yale, que desde 1973, en su libro “The Maya Scribe and his World” (“el Escriba Maya y su Mundo”), planteó la autenticidad del documento, aunque con elementos insuficientes, desde el punto de vista de la mayoría de los expertos.
El equipo del Cinvestav que participó en el proyecto se integró también por Reina Araceli Mauricio Sánchez, Francisco Rodríguez Melgarejo y Martín Adelaido Hernández Landaverde.
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