Hacia una ciudad sustentable
EL COLEGIO NACIONAL
Comunicado de Prensa
23 de junio de 2016
- Académicos e investigadores analizaron la situación ambiental de la Ciudad de México en El Colegio Nacional.
- “Urge implementar medidas drásticas para solucionar, simultáneamente, la contaminación atmosférica y la congestión vehicular”, aseguró Mario Molina.
La Ciudad de México tiene más de 20 millones de habitantes, produce más de 4 mil toneladas de basura al día y cuenta con una flota vehicular que ronda los 5 millones de autos; la expansión urbana ha ido afectando las áreas naturales protegidas, el drenaje se ha vuelto insuficiente y la alta concentración de ozono en la atmósfera ha provocado 9 contingencias ambientales en lo que va del año.
Mario Molina, Alicia Ziccardi, Claudia Sheinbaum, Enrique Provencio, Telma Castro, Horacio Riojas y Antonio del Río se reunieron en El Colegio Nacional para analizar, evaluar y diseñar una serie de acciones y estrategias que puedan mejorar la calidad de vida y la sustentabilidad de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
“No podemos resolver un problema empeorando otro, por fortuna el reducir el congestionamiento vehicular mejora la calidad de aire”, señaló Mario Molina al hablar sobre la contaminación atmosférica de la ZMVM. El ozono se forma en la atmósfera, que es tan “delgadita como la cáscara de una manzana”, con los compuestos emitidos por los vehículos y las industrias; por esta razón, el premio Nobel de Química recomendó trabajar con estos sectores, quitar de circulación a los altamente contaminantes y mejorar el transporte público¡
“No es práctico tener contingencias todo el año, sobre todo si tenemos un problema serio”, aseguró Mario Molina, “urge implementar medidas drásticas para solucionar, simultáneamente, la contaminación atmosférica y la congestión vehicular”. Las medidas implementadas por el gobierno como el Hoy No Circula, para el miembro de El Colegio Nacional, no son suficientes o no han tenido un efecto real: “La Suprema Corte y el gobierno mismo, desgraciadamente, no han tomado en cuenta que hay corrupción”, afirmó, “el Hoy No Circula no puede estar conectado con esos hábitos”.
“Necesitamos una administración urbana honesta y eficaz”, apuntó Alicia Ziccardi, directora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, “hay que construir ciudad, que se incluya a la ciudadanía”. La investigadora de la UNAM enfatizó que, para que haya una verdadera sustentabilidad en la Ciudad de México, se debe retomar la planeación y la gestión de ámbito metropolitano, de largo, mediano y corto plazo; deben generarse mecanismos de captación de excedentes y redistribución, a partir de los cambios en el uso de suelo, para reducir la desigualdad en ciertas zonas como Tecámac, Huehuetoca o Zumpango, con una tasa alta de crecimiento poblacional.
Ziccardi destacó el boom inmobiliario que se vive actualmente en la Ciudad de México, cuya oferta y calidad se dirigen hacia los sectores medios y altos de la sociedad, que permanecen en la “ciudad central”; la masiva producción de viviendas en la periferia, dirigida para los sectores bajos, han provocado una segregación residencial y una fragmentación urbana. La expansión territorial y los traslados de la periferia al centro afectan la sustentabilidad de la ciudad y la calidad de vida de los habitantes de la ZMVM.
“Hoy ya no estamos frente a un reto metropolitano sino a un efecto multiescalar”, destacó Enrique Provencio, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, con respecto al trabajo que tendrán que realizar las instituciones -gubernamentales y científicas- para hacer frente al crecimiento de la población y del territorio de la zona. “Se están configurando formas muy verticales de la megalópolis, por ejemplo, el proyecto del nuevo aeropuerto se está manejando de la manera más unilateral de lo que se hubiera imaginado”, advirtió el ex presidente del Instituto Nacional de Ecología, “todo depende del nuevo diseño legislativo (el del Constituyente de la Ciudad de México)”.
Para Enrique Provencio, la planeación de la Ciudad de México debe adoptar criterios y vocación metropolitana; que la visión y los planes para el desarrollo de la ciudad se plasmen en la nueva Constitución, asumiendo que la coordinación metropolitana es una necesidad intrínseca vinculada a la prosperidad de la urbe. Esto debe traducirse en instrumentos políticos y organización.
En esto coincidió Claudia Sheinbaum, actual jefa delegacional de Tlalpan, quien reiteró la necesidad de contar una planeación urbana, que se ha abandonado y resulta fundamental para tener una ciudad sustentable. “La sustentabilidad no está reconocida como un modelo de desarrollo que involucre a diferentes estancias”, comentó, “hay una urbanización espontánea, no planeada, lo que es un reflejo de lo que hay en el país: no podemos esperar algo distinto si en México dejó de haber planeación”.
La pérdida del suelo de conservación, los asentamientos humanos irregulares, la explotación del manto acuífero, la mala calidad del aire, la disposición final de residuos sólidos y la falta de cultura ambiental son algunos de los problemas de la ZMVM que se ven agravados por la pobreza que, en algunos lugares, alcanza niveles semejantes a los de Oaxaca o Guerrero: “son increíbles los niveles de pobreza que existen en la Ciudad de México, la ciudad más rica del país”, dijo Sheinbaum.
Se requiere una planeación, a largo plazo, sustentada en una relación entre la academia y el gobierno; compromisos políticos y una agenda ambiental, comunicación entre la comunidad científica y los tomadores de decisiones. Telma Castro, directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, subrayó la necesidad de buscar soluciones desde un enfoque multidisciplinario y multisectorial, incorporando a todos los sectores (ambiente, salud, transporte, economía, etcétera), a la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) y a una sociedad civil fuerte y organizada.
También es necesario establecer redes de monitoreo en todas las ciudades del país, especialmente, para enfrentar la contaminación del aire, el factor de riesgo ambiental más importante en términos de salud. Horacio Riojas, director del área de salud ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública indicó que, para lograr una ciudad sustentable, la actualización de las normas ambientales y de los índices del IMECA es algo indispensable. Estas medidas contribuyen a disminuir las altas concentraciones de ozono y de otras partículas contaminantes, que pueden generar cáncer y leucemia, reducen la función pulmonar de las personas y agravan las enfermedades respiratorias.
“Tenemos que pensar más allá del sexenio”, puntualizó Antonio del Río, director del Instituto de Energías Renovables. Cambiar los viajes de negocios por videoconferencias, adecuar los horarios y preferir la iluminación natural, instalar un calentador solar y capturar las emisiones de carbono son algunas de las recomendaciones del investigador para disminuir el deterioro ambiental. Tecnologías existentes como los paneles fotovoltaicos, que la Comisión Federal de Electricidad comenzará a vender, pueden generar empresas locales y beneficios económicos concretos: “tenemos que empezar a usarlos y generar una transición energética”, finalizó del Río, “no entiendo por qué seguimos quemando hidrocarburos, no entiendo por qué no nos decidimos por un transporte eléctrico”.
Las mesas de diálogo sobre la sustentabilidad de la Ciudad de México, organizadas por Alejandro Frank y Mireya Ímaz, continuarán este jueves en El Colegio Nacional desde las 9:30 am. con la participación de Pedro Salazar, Rolando Cordera, Juan Villoro, Carlos Gershenson, Eusebio Juaristi y Amparo Martínez.
Para mayor información:
Alicia Sandoval Perea
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El Colegio Nacional
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