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Investigadores con vocación empresarial: se terminó la espera

CONSEJO CONSULTIVO DE CIENCIAS

Comunicado de Prensa

1º. de junio 2017 

  • Ya existe el marco legal para crear empresas de base tecnológica sin conflicto de intereses.
  • Es imperativo hacer realidad estos cambios legislativos para que el conocimiento generado por décadas en las instituciones públicas de investigación, se traduzca en beneficios para la Sociedad Mexicana.
  • Se invita
  • o a los investigadores a conocer con detalle las implicaciones y potencial de los cambios legislativos. 
  • o a las oficinas legales de universidades y centros de investigación para que favorezcan la emisión de lineamientos específicos que permitan aprovechar al máximo esta reforma legislativa. 
  • o a los representantes de la Secretaría de la Función Pública en las instituciones académicas del país, para que sean facilitadores y compartan el espíritu innovador de los cambios legislativos.
  • Captura de pantalla 2017-06-02 a las 10.31.06.pngEn México, el tamaño de la comunidad de investigadores no corresponde a la dimensión de la economía del país. Actualmente, en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) hay cerca de 27,000 científicos en todas las ramas del conocimiento. A partir de la creación del SNI en 1984, la tasa de generación de conocimiento de los investigadores mexicanos (medido en términos del número de publicaciones en revistas internacionales indexadas) ha crecido sustancialmente. Sin embargo, si comparamos los indicadores de nuestro país en términos de actividad tecnológica y de innovación, con otros países de la OCDE (organización a la que pertenece México) o con países como Brasil o España, tenemos un rezago monumental en términos de número de patentes solicitadas por nacionales, transferencias tecnológicas o creación de empresas de base tecnológica. Es por ello imperativo lograr de manera efectiva la transición de México hacia una economía basada en el conocimiento [1].

    En nuestro país se ha hablado mucho sobre la “vinculación de la academia con la industria”, tema que ha sido discutido por ya varias décadas en casi todos los congresos de las sociedades científicas y tecnológicas del país, así como en seminarios con cámaras industriales, organismos gubernamentales, etc. Sin embargo, la realidad es que, a pesar de los considerables esfuerzos que el Gobierno Federal ha hecho al respecto, especialmente a través del CONACyT (programas FINNOVA, PEI, etc.), las industrias innovadoras en México son muy pocas.  Sólo creando la nueva industria tecnológica será posible, por una parte, asimilar el avance científico nacional, y por otra, alcanzar un nivel competitivo a nivel global.

    ¿Quiénes pueden crear tales nuevas empresas? En países como Estados Unidos, Corea del Sur, la India y otros más, los que han creado este tipo de nuevas empresas han sido principalmente los generadores del conocimiento o de la tecnología (esto es, los investigadores). Con las reformas legislativas recientes en México y que se describen más adelante, este fenómeno se puede replicar en nuestro país.

    La ciencia en México tiene buen nivel, como lo muestran las publicaciones en las mejores revistas internacionales. Sin embargo, los investigadores tienen poco interés en la explotación comercial del conocimiento generado, lo cual se refleja en el bajo número de patentes y la reducida transferencia de tecnologías a empresas por parte de los centros de investigación y las Instituciones de Educación Superior. Incluso en las instituciones de mayor prestigio académico, por cada patente otorgada, se publican más de 30 artículos científicos en revistas especializadas. Las razones por las que los investigadores mexicanos (y sobre todo la “industria mexicana”) patentan muy poco, son complejas y de carácter estructural. Algunos de los factores incluyen la falta de cultura tecnológica y de emprendimiento en nuestras universidades e instituciones públicas de investigación, la falta de recursos para financiar la gestión y mantenimiento de las patentes, el desconocimiento del mercado y la situación-composición de la industria mexicana. No hay que olvidar, sin embargo, que la patente es sólo un instrumento comercial. Sin planes y estrategias comerciales (que las instituciones públicas en principio no tienen), sólo sirve para nutrir el ego y el curriculum vitae de los inventores, que de todas maneras pueden publicar sus resultados y desarrollos tecnológicos en revistas internacionales después de haber ingresado la solicitud de patente correspondiente.

    Ante este panorama, ¿quién va a licenciar las (pocas) patentes que generan los investigadores?, ¿tienen éstas probabilidad de ser explotadas comercialmente?, ¿quiénes van a formar las nuevas empresas de base tecnológica que requiere el país? Como ha sucedido en otros países y cuya experiencia está bien documentada [2]: han sido los propios investigadores los que las forman. Por ejemplo, Estados Unidos, un país líder en innovación, en 1980 emitió la llamada Ley “Bayh-Dole”, que facilitó la explotación de patentes generadas por las instituciones de investigación y universidades, por parte de empresas, así como la formación de empresas spin-off, creadas por académicos, hecho que disparó la innovación en ese país.

    En México, uno de los principales obstáculos para el emprendimiento por parte de investigadores es el hecho que el 70 % trabajan en universidades y centros públicos de investigación y por esa razón, tenían un conflicto de interés. Hasta antes de diciembre de 2015, la Ley a nivel federal impedía expresamente la participación de los investigadores de las instituciones en empresas a las que se les pudiera transferir las tecnologías generadas en la misma institución. Ese impedimento ya no existe. El 8 de diciembre de 2015, después de considerables esfuerzos de cabildeo de algunos científicos mexicanos en el Congreso de la Unión, se logró que la Cámara de Diputados aprobara unánimemente reformas a la Ley de Ciencia y Tecnología y a la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos [3]. El espíritu de esta Ley, hace una excepción al conflicto de interés para el caso de la participación de los investigadores en la creación de empresas [4]. La Ley no sólo permite la formación de empresas por investigadores de las instituciones públicas de investigación y la transferencia de tecnologías a dichas empresas, sino que también las estimula, es decir es una Ley con espíritu de fomento. A diferencia de lo que se establece para los funcionarios públicos que no sean investigadores (a quienes se les prohíbe explícitamente que hagan negocio con el resultado de su trabajo); en el caso de los investigadores, se pretende que se aproveche al máximo el producto de su trabajo, para beneficio tanto del investigador como de su institución en un marco de legalidad y transparencia. A nivel internacional esta excepción al conflicto de interés es aceptada [2] y ha disparado la innovación en los países en los que se ha implementado. El único límite debe ser el alineamiento de los intereses del investigador a los intereses de la institución.

    Las reformas a las Leyes mencionadas, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 8 de diciembre de 2015, establecieron un plazo de 180 días para que las instituciones públicas de investigación adoptaran lineamientos específicos para adecuar su legislación a la letra y al espíritu de las reformas. Lamentablemente, sólo un muy limitado número de instituciones han cumplido con este requisito legal (que venció el 7 de junio de 2016) y en algunas de las muy contadas instituciones que lo cumplieron, se establecieron normas que paradójicamente son más restrictivas e inhibitorias que las que existían antes de la reforma. Al parecer, las oficinas legales de las universidades y centros de investigación, han interpretado el espíritu de la Ley con un criterio de “principio precautorio” en el que, sin consultar a los usuarios finales de estas reformas (los investigadores), han emitido normas estrictas que atienden solamente a los aspectos legales para tratar de impedir caer en responsabilidades administrativas, sin una visión de fomento, que es la esencia de esta importante reforma.

    Sería regresivo que, ahora que el Congreso de la Unión ha hecho un excelente trabajo legislativo, las reformas pasen desapercibidas entre los investigadores o que se inhiba el impulso modernizador por una normativa institucional que vaya en contrasentido del espíritu de los cambios en las Leyes. Hay también que señalar que la voluntad política del Decreto Presidencial del 8 de diciembre de 2015 no ha sido internalizada en la práctica, por el Poder Ejecutivo (Secretarías de Hacienda y de la Función Pública, entre otras) lo que ha retrasado su imprescindible promoción y puesta en marcha.

    Hay que resaltar que, si bien escasos, en México hay ejemplos de emprendimientos científicos exitosos, hechos por investigadores (ver sitio http://www.ccciencias.mx/es/ebt). Las empresas se han formado aún sin una ley que lo fomentara y en el marco legal de instituciones particulares que no estaban sujetas a las restricciones de las leyes imperantes antes del decreto del 8 de diciembre de 2015. Estas iniciativas han demostrado que es posible crear empresas de alta tecnología que ya están beneficiando a las instituciones de investigación mediante, por ejemplo, el pago de regalías. Hay que destacar que el pago de regalías por tecnologías transferidas puede llegar a ser muy sustancial, como es el caso de instituciones de investigación y universidades del tamaño y calidad de las mexicanas, pero de países avanzados [1].  Además, la creación de empresas de base tecnológica y la transferencia de tecnología a empresas ya existentes puede traducir la labor de investigación de nuestras instituciones públicas en beneficios tangibles para la sociedad.

    Los investigadores en México tenemos ahora una oportunidad única, no sólo para generar conocimiento, sino para contribuir a llevar a nuestra economía a una basada en el conocimiento y que tenga un impacto concreto en la generación de empleos de alta calidad y de riqueza para nuestra Sociedad y disminuir la dependencia tecnológica del exterior. Podemos llevarlo a cabo con acciones que permitan que el decreto del 8 de diciembre de 2015 contribuya a cambiar la realidad industrial de nuestro país, creando un dinámico sector privado, sustentado en la ciencia, tecnología e innovación. Aspiramos a que este sector atraiga cada vez más inversión privada, ya que actualmente no es mayor al 20 % del total a nivel nacional y permita a nuestro país cumplir los compromisos de México en el G20. Si las empresas “tradicionales” no lo han logrado, hay que fomentar la gestación de una nueva generación de investigadores-empresarios que lo hagan.

    Se invita a la comunidad científica y tecnológica del país a conocer con detalle las implicaciones y potencial del cambio en la Ley y a las oficinas legales de universidades y centros de investigación a emitir los lineamientos específicos que permitan aprovechar al máximo esta reforma legislativa, para beneficio de las propias instituciones y de la Sociedad a la que se deben.  

    [1] La transición de México hacia una economía basada en el conocimiento: retos y oportunidades

    1. Juárez, Biotecnología en Movimiento, Num. 5 (abr-jun 2016), p. 12-16. Disponible en:

    http://invdes.com.mx/los-investigadores/la-transicion-de-mexico-hacia-una-economia-basada-en-el-conocimiento/

    [2] Legislative environment and others factors that inhibit transfer of Mexican publicly funded research into commercial ventures

    Hernández-Mondragón, A.C., Herrera-Estrella, L. & Kuri-Harcuch, W. (2016), Technology in Society 46, 100-108.

    [3] Decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley de Ciencia y Tecnología y de La Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los servidores públicos.

    Diario Oficial de la Federación, 8 de diciembre del 2015, Primera sección, pág 78-79. 

    [4] Excepción al conflicto de interés: reforma al régimen de conflicto de interés para favorecer la vinculación de los investigadores con el sector productivo

    1. Roque, Biotecnología en Movimiento, Núm. 8 (ene-mar, 2017), pags. 16-19. Disponible en:

    http://invdes.com.mx/los-investigadores/excepcion-al-conflicto-de-interes-los-investigadores-escriben/

    [5] El cambio legislativo en México para incentivar el desarrollo de empresas de base tecnológica provenientes de la investigación científica

    Hernández-Mondragón, C., Kuri-Harcuch, W., Biotecnología en Movimiento, Núm. 7 (oct-dic, 2016), págs. 14-17. Disponible en:

    http://invdes.com.mx/los-investigadores/el-cambio-legislativo-en-mexico-para-incentivar-el-desarrollo-de-empresas-de-base-tecnologica-provenientes-de-la-investigacion-cientifica/

    Para mayores informes:

    Lic. Yazmín G. García Hernández

    Comunicación y difusión

    Secretaría Ejecutiva del Consejo 

    La UNAM estudia susceptibilidad genética de mexicanos a enfermedades crónicas no transmisibles

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 

    Dirección General de Comunicación Social

    Ciudad Universitaria
    Mayo 26 de 2017
    Bol./366

  • Estas afecciones tienen factores genéticos y ambientales, y sus mecanismos de herencia no son claros; se pretende descubrirlos desde la física, la biología computacional, la medicina y el cómputo de alto rendimiento, expuso Enrique Hernández, de la Facultad de Ciencias
  • Desde la multidisciplina, un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM y del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN, dependiente de la Secretaría de Salud) buscan caracterizar genéticamente a la población mexicana en relación con enfermedades crónicas no transmisibles.

    A este tipo de padecimientos se les llama complejos; entre ellos destacan los distintos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2, las enfermedades degenerativas (como párkinson, alzhéimer, esclerosis lateral amiotrófica y arterioesclerosis) y las autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso, tiroiditis, esclerosis múltiple y diabetes tipo 1).

    Tienen factores genéticos y ambientales, y sus mecanismos de herencia aún no son claros para la ciencia, por lo que expertos buscan develarlos desde la física, la biología computacional, la medicina y el cómputo de alto rendimiento.

    Enrique Hernández Lemus, investigador asociado al C3, profesor de física en la Facultad de Ciencias y subdirector de Genómica Poblacional del INMEGEN, indicó que una de las tareas más relevantes en dicho instituto es la caracterización genética de la población mexicana en relación con este tipo de afecciones.

    “Las enfermedades complejas tienen patrones de herencia que no son triviales, y entender los mecanismos a través de los cuales podemos hacer diagnóstico, pronóstico y eventualmente terapéutica, no es fácil”, reconoció.

    Genética de poblaciones

    Para estudiar estos temas, Hernández Lemus utiliza la genética de poblaciones, una teoría que se fundamenta en una dualidad interesante: la individualidad genómica (cada ser vivo tiene un dos por ciento de su genoma que lo hace individual y distinto a los demás) y la genómica poblacional (que parte del genoma humano completo; todos los humanos lo compartimos en un 98 por ciento).

    “La genética de poblaciones fue quizá la primera disciplina de la biología teórica, y realizar experimentos en esa área es muy difícil. Esta teoría tiene dos fines: estudiar individuos para aprender cosas de las poblaciones y conocer cada vez más a las poblaciones para entender lo que le pasa al individuo”, explicó.

    En el auditorio Fernando Ocaranza de la Facultad de Medicina, dijo que encontrar diferencias genéticas es muy difícil, pues hay mutaciones repetidas de generación en generación, y otras que no son muy relevantes. Para distinguir las que causan daños significativos, es necesaria una revisión exhaustiva del genoma y conocer cada vez las múltiples variantes que implican “ser mexicano”.

    En el INMEGEN, el universitario y sus colegas analizan diversas vías celulares como trayectorias en redes complejas. Su proyecto está enmarcado en las aplicaciones de los sistemas complejos a los problemas de tipo biomédico.

    El científico desarrolla una metodología sistemática para analizar las secuencias celulares en el contexto de las redes biológicas, que puede ser de utilidad para entender las llamadas enfermedades multifactoriales complejas, que derivan de factores tanto genético/genómicos como medioambientales.

    “Un cambio genético en una población, que es fijo o constante, ocurre en un tiempo proporcional al tamaño de la misma. Si tenemos una de un millón de individuos, necesitamos un millón de generaciones para que una variación se mantenga fija. Esto es muy lento aún en bacterias, no digamos en humanos”, expuso.

    Pero con la genética de poblaciones podemos estudiar genéticamente a los individuos y sus características para aprender de la población, y luego, conociendo datos repetidos en una población se pueden inferir datos sobre el individuo.

    “El genoma humano está compuesto de seis mil millones de nucleótidos, de los cuales tres mil millones son independientes. Son como tres mil millones de letras distintas. Los seres humanos compartimos alrededor del 98.5 por ciento de ellos. Hay 30 millones de bases en las que somos distintos”, explicó.

    Esos 30 millones de bases hacen que cada uno de nosotros se vea diferente en aspectos como el color de ojos y piel, estatura, complexión, e incluso en algunos rasgos de personalidad.

    Dentro de estas diferencias se encuentran las mutaciones referentes a las enfermedades, que pueden ser muy raras y útiles para caracterizar a los individuos, o comunes a un grupo mayor. Con este trabajo, Hernández Lemus y su grupo analizan nuevas rutas para entender la complejidad de nuestra población.

    -o0o-

    Contacto:

    Guadalupe Díaz Silva

    Directora de Información

    Dirección General de Comunicación Social, UNAM

    56 22 14 35 al 38

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    Investigadores describen la clave que hace a las bacterias más resistentes

    CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DE ESTUDIOS AVANZADOS

    Boletín No. 39

    28 de mayo de 2017

  • Científicos de la Unidad de Genómica Avanzada del Cinvestav identifican que el deterioro genómico de los microorganismos provocan su adaptación al ambiente 
  • Captura de pantalla 2017-06-01 a las 16.52.49.pngEs conocido que los sistemas evolucionan de simples a más complejos, pero en el caso de las bacterias puede ocurrir lo contrario. Científicos de la Unidad de Genómica Avanzada del Cinvestav (UGA) encontraron que al presentar una pérdida de genes, las bacterias que forman parte de la microbiota oral en mamíferos, en lugar de disminuirse, se fortalecen, ya que su organismo muestra un rápido fenómeno de adaptación enzimático que potencia su proceso evolutivo.

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    Universidades de seis estados de la región se reúnen en la UAA para mejorar posgrados interinstitucionales

    UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE AGUASCALIENTES 

    BOLETÍN DE PRENSA No. 231

    28 de mayo de 2017

  • Este tipo de programas donde participan diferentes instituciones es un modelo que se ha posicionado como referente en el país por su impulso a la calidad: FJAG.
  • UAA participa en seis posgrados con universidades de esta región.
  • Durante la reunión de la RCO de la ANUIES se realizó evaluación de seguimiento a procesos de selección y planes de estudio.
  • Representantes de las universidades de Guanajuato, Guadalajara, Colima, Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, así como de las autónoma de Nayarit y Aguascalientes, se dieron cita en la segunda reunión Ordinaria del 2017 del comité de Posgrados Interinstitucionales de la Región Centro Occidente (RCO) de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), durante la cual se realizaron evaluaciones de seguimiento a procesos de selección y planes de estudio.

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    Mesa redonda Científicos migrantes: el carácter internacional de la ciencia

    EL COLEGIO NACIONAL

    Comunicado de prensa

    28 de mayo 2017

  • Actualmente existe una amenaza a la libre circulación de científicos en y hacia Estados Unidos que obliga a reflexionar sobre sus posibles repercusiones.
  • El día de ayer se llevó a cabo la mesa redonda Científicos migrantes: el carácter internacional de la ciencia coordinada por Antonio Lazcano Araujo, miembro de El Colegio Nacional, Edna Suárez Díaz de la Facultad de Ciencias, UNAM y Gisela Mateos del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM. Ambos también fueron participantes y se unieron a Jacob Hamblin de la Universidad Estatal de Oregon, Suzanne Moon de la Universidad de Oklahoma y Asif Siddiqi de la Universidad de Fordham.

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    Investigador imparte conferencia en el marco del año dual México- Alemania

    UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSI

    Boletín 4448. -

    28 de mayo de 2017

    El Instituto de Física de la UASLP, recibió la visita del investigador independiente Gregor Zieke, quien impartió la conferencia “Purificación solar de agua. Una solución modular y autónoma para la provisión de una fuente segura de agua potable”. En el marco del año dual México- Alemania.

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    Alista la UASLP, 23° Verano de la Ciencia 2017

    UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSI

    Boletín 4461

    1º. de junio de 2017

    Del 5 de junio al 14 de julio, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí será sede de la edición 23° del Verano de la Ciencia en sus seis modalidades: 19° Verano de la Ciencia de la Región Centro, 8° Verano Nacional de la Ciencia, 18° Verano Internacional, 9th Summer Research Program, 5° Verano de la Innovación en el sector social y productivo. La ceremonia de inauguración se celebrará a las 10 de la mañana en el Centro Cultural Universitario Bicentenario.

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