CICESE confirma florecimiento nocivo al sur de San Felipe
CENTRO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y DE EDUCACIÓN SUPERIOR DE ENSENADA, BAJA CALIFORNIA
Boletín informativo
No. 3/2018
- Toxicidad supera 68 veces el límite máximo permitido, según FICOTOX
- Este año van por certificación de COFEPRIS y de la DEA
Ensenada, Baja California, México, 25 de enero de 2018. Los primeros resultados de muestras de tejido visceral de almeja generosa extraída al sur de San Felipe, en el Golfo de California, y procesadas en el Laboratorio FICOTOX del CICESE, muestran concentraciones de saxitoxina (una toxina de tipo paralizante) que superan 68 veces el límite máximo permitido por la legislación sanitaria, lo que confirma la presencia de un florecimiento algal nocivo (FAN) provocado por el dinoflagelado Gymnodinium catenatum.
Según informó el Dr. Ernesto García Mendoza, investigador responsable de este laboratorio, los primeros datos que indicaban la posible presencia de un FAN en la zona comprendida entre Punta Estrella y Puertecitos, al sur de San Felipe, pudieron ser apreciados hacia finales de diciembre de 2017 al observar cambios en la concentración de clorofila en el agua de mar a partir de imágenes satelitales.
En los días subsecuentes se hizo evidente el aumento en la concentración de clorofila en esa zona. En una primera interpretación, se pensó que el FAN estaba relacionado a una disminución de la temperatura en el Golfo de Santa Clara y el movimiento de agua fría hacia el sur que ocurrió poco antes.
Considerando que un aumento de clorofila como éste se asocia a una acumulación de biomasa fitoplanctónica, el grupo académico de la RedFAN y del laboratorio FICOTOX se abocó a buscar muestras de agua de mar de esa zona (muestras fitoplanctónicas, que llegan directamente al Comité Estatal de Sanidad Acuícola) y de tejido de almeja para procesarlas y tratar de determinar qué especie era la responsable y la concentración de toxinas.
Ernesto García explicó que primero se analizaron muestras de agua de mar del 8 de enero y encontraron aproximadamente 40 mil células por litro del dinoflagelado G. catenatum en superficie en la estación de Punta Estrella, y 46% en red. En otras estaciones más al norte, agregó, estuvo presente esta especie pero con abundancias menores en superficie. En las muestras de red, las abundancias relativas fueron similares.
En enero, las imágenes satelitales siguieron mostrando esta acumulación de biomasa fitoplanctónica para el dominio de esa zona, “y se vio una señal muy coherente entre el 7 y el 8, que duró hasta el 14 de enero. Ya después se disipó hacia el norte”.
El 11 de enero comunicaron estas observaciones a la COFEPRIS, a la Dirección Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios y a los mismos productores, y aprovecharon para solicitar nuevamente muestras de moluscos para ver la concentración de toxinas. No hubo respuesta respecto a las muestras.
Una semana después, el 17 de enero, además de proporcionar los datos sobre el desplazamiento hacia el norte de la concentración de clorofila a partir del día 14, y los resultados de densidad de G. catenatum en la estación de Punta Estrella, enviaron un comparativo de la concentración de clorofila estimada a partir de imágenes de satélite para esa zona en años recientes, donde se aprecia que las concentraciones máximas detectadas en los últimos días son similares a las que se encontraron en 2015 para las mismas fechas.
En respuesta, el Dr. Leopoldo Jiménez Sánchez, responsable de la Dirección Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios, convocó a todos los productores a una reunión que se realizó en Ensenada el 21 de enero, fecha que coincidió con el inicio de la llamada “marea muerta”, que es cuando se extrae el molusco.
Ahí les pidió que no capturaran almeja, por los indicios de la presencia de esta saxitoxina. Y se aprovechó para solicitar muestras de producto, cuya toxicidad será evaluada oficialmente por la COFEPRIS en la Ciudad de México.
Mientras esto ocurre, muestras similares fueron analizadas en el Laboratorio FICOTOX del CICESE, no por una prueba rápida, sino siguiendo el ensayo reconocido por la legislación sanitaria, que requiere el uso de ratones.
“Los ratones nos llegaron esta semana y ayer (24 de enero) revisamos las muestras. Inyectamos los ratones, evaluamos la toxicidad y resulta que en algunas áreas, no te voy a decir cuáles porque eso le corresponde a la autoridad regulatoria, se detectó hasta 68 veces el límite máximo permitido. Estamos hablando que la muestra que tenía más saxitoxina traía alrededor de 55 mil picogramos de saxitoxina por kilogramo de tejido, de víscera. Eso es alrededor de 68 veces el límite máximo permitido, que es de 800”, informó el Dr. García Mendoza.
Esto significa que se van a cerrar las áreas en esa región del Golfo de California, algunas más tiempo que otras. Pero aún y cuando las autoridades sanitarias y del propio grupo académico de FICOTOX actuaron esta vez mejor que en años anteriores, consideró: “estamos actuando tardíamente”.
En 2017 cuando se detectó una cantidad enorme de toxinas, se implementó la veda y se tuvo que destruir mucho producto que ya estaba en Ensenada, pues los productores se habían preparado para abastecer el año nuevo chino. “En esta ocasión al parecer la veda no los va a agarrar con producto en las plantas porque no salieron a pescar esta semana”, indicó el investigador.
“La información sobre la toxicidad ya la estamos comprobando. Por eso estamos empujando para que nuestro laboratorio sea acreditado y nuestros resultados se puedan utilizar en cuestiones de regulación. Es lo que queremos; es uno de los objetivos de FICOTOX”.
Informó: “Estamos en proceso de obtener la acreditación. Tenemos el plan de meter este semestre la solicitud para ser terceros autorizados ante la COFEPRIS; eso te da cierto nivel de acreditación. Pero después de eso, para todo producto de exportación o área certificada tenemos que ser acreditados por la FDA, y eso es una cuestión que la COFEPRIS tiene que manejar. Una vez que estemos reconocidos por la FDA podremos recibir cualquier muestra de las áreas certificadas, que son las que regularmente hacen más monitoreos, pues para exportar su producto deben tener un certificado de inocuidad. En este momento tenemos los protocolos más modernos para detectar toxinas, y estamos haciendo el monitoreo regular y estamos haciendo la investigación asociada, que es de donde se genera esta información”, informó el Dr. Ernesto García.
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