Colisiones en el sistema solar: Jaime Urrutia Fucugauchi
EL COLEGIO NACIONAL
Comunicado de Prensa
- El miembro de El Colegio Nacional habló sobre el papel que juegan los impactos en la evolución y la construcción de los planetas.
- “El meteorito Allende, que cayó en Chihuahua en 1969, es la base de una buena parte de la información que tenemos sobre la formación de nuestro sistema solar”, señaló el geofísico.
Desde su formación, hace unos 4568 millones de años, el sistema solar se ha ido moldeando por enormes colisiones entre asteroides y planetas, que los han fusionado o fraccionado. Los cráteres que se pueden observar en la Luna, en Marte, en Mercurio o en la Tierra son las huellas de estas colisiones, cuyo estudio podría abrir la puerta para entender cómo se forman los sistemas planetarios.
“Hay una fuerte posibilidad de que, los planetas más grandes, se hayan formado y aumentado en carambola”, apuntó Jaime Urrutia Fucugauchi el día de ayer en El Colegio Nacional, dando inicio a su ciclo de conferencias sobre las Colisiones en el sistema solar. El geofísico refirió que la Tierra también sufrió una gran colisión, con un cuerpo del tamaño de Marte, que estuvo a punto de destruir al planeta; la Luna se forma a partir de este choque.
Urrutia Fucugauchi explicó que las colisiones suceden a velocidades de 20, 30 y hasta 70 kilómetros por segundo, lo equivalente a más de 100 mil kilómetros por hora; pueden separar o juntar materiales, dependiendo de la velocidad y el tamaño de los cuerpos que chocan. Se piensa que debe haber un arreglo en la temperatura o algún proceso adicional para que estos cuerpos se puedan fundir.
Para el estudio de las colisiones se han elaborado modelos físicos, que reproducen el choque y lo comparan con la información obtenida del análisis de las condritas, meteoritos no metálicos que han caído en la Tierra. Quizá, la condrita más famosa sea el meteorito Allende, que cayó en 1969 sobre el estado mexicano de Chihuahua; es el meteorito más estudiado de la historia, con más de 3 mil artículos publicados.
“El meteorito Allende es la base de una buena parte de la información que tenemos sobre cómo la formación de nuestro sistema solar”, aseguró Urrutia Fucugauchi, “es un meteorito muy curioso porque tiene composición de condrita, roca de sílice, pero tiene una gran cantidad de elementos de carbono”. La estructura del meteorito, que arrojó más de cinco toneladas de material para estudiar cuando no se tenían tantas muestras, remite a los orígenes del sistema planetario.
“Anteriormente se pensaba que el Allende era un pedacito formado en las primeras etapas del sistema, que de alguna manera se las arregló para sobrevivir sin que nada lo apachurrara en el camino”, comentó el geofísico de la UNAM, “en los últimos años se ha encontrado que no es un objeto que esté conservado sin alteraciones o cambios sino que formó parte de un planeta grande, con campo magnético y corteza, que colisionó y desapareció. Estudiando diferentes tipos de meteoritos se ha determinado que algunos vienen de un planeta distinto o coinciden con la composición del Allende”.
Gracias a los estudios e investigaciones en torno al meteorito Allende se sabe que hay más de 50 planetas que han colisionado y desaparecido en nuestro sistema solar. También, la escala de tiempo en la formación del sistema se hecho cada vez más corta: las evidencias apuntan a que el proceso fue extremadamente rápido y en 10 millones de años se debieron de haber formado la mayoría de los planetas, entre ellos, la Tierra.
“Es muy difícil estudiar y concluir algo si sólo hay un objeto de estudio”, señaló el miembro de El Colegio Nacional, “ahora tenemos más de 1000 exoplanetas confirmados y más de 400 sistemas planetarios descubiertos, que incluyen etapas diferentes de formación”. El Alfa Centauro, el sistema más cercano al nuestro, es un ejemplo de esto: en vez de planetas grandes tienen una gran cantidad de polvo y da la impresión de que la formación de planetas y las colisiones no han acabado.
“Las últimas observaciones han permitido ver diferentes atmósferas y en unos cuantos años esperamos poder pasar de las representaciones artísticas a tener algo mucho más documental, donde se pueda observar una cantidad enorme de cosas, e incluso, la velocidad de rotación y traslación de los sistemas”, concluyó Urrutia Fucugauchi, “el primer reto es entender nuestro propio sistema solar y el siguiente reto es entender cómo son los procesos de formación de un sistema”.
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Alicia Sandoval Perea
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