Desarrollan bioplásticos fabricados con residuos del agave
- Buscan ser la primera empresa mexicana en comercializar estos productos
Ana Laborde, joven investigadora y empresaria, funda BioSolutions una compañía innovadora enfocada al desarrollo, producción y comercialización de bioplásticos derivados de residuos de agave generados por la industria tequilera. Su objetivo es crear productos que se fabriquen a partir de fuentes renovables. “Con esta tecnología evitamos el problema de contaminación desde dos puntos de vista muy diferentes. Por un lado, porque al trabajar con un desecho estamos evitando la contaminación ambiental de una de las industrias más importantes del país. Por otro lado, creamos un producto que, desde que se produce hasta que se desecha, es mucho más amigable con el medio ambiente, porque está hecho parcialmente con plantas. Ésa es la base de nuestra tecnología”, asegura la Licenciada en Comercio Internacional.
Los principales países involucrados en la industria de los bioplásticos son: Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Canadá. En México, muchos científicos están realizando investigación y desarrollo sobre este material, sin embargo, todavía no lo están comercializando a nivel industrial. BioSolutions busca ser la primera empresa mexicana que lo desarrolle y comercialice; no pretenden ser los únicos, su proyecto es conformar la industria mexicana de bioplásticos.
Bioplásticos, material que se degrada en menos de un año.
A la izquierda, BioSolutions es una empresa mexicana que ha desarrollado y patentado una tecnología para producir bioplásticos sostenibles a partir de fibras naturales ricas en celulosa.
“Gracias al fondo de innovación tecnológica por parte de Conacyt y de la Secretaría de Economía, obtuvimos financiamiento para desarrollar y colocar la planta piloto, y ahora estamos construyendo nuevas instalaciones con el propósito de escalar nuestra tecnología de un nivel de laboratorio a uno semi-industrial”, afirma Ana Laborde.
Los productos que han elaborado con esta tecnología son principalmente empaques duraderos como bolsas de plástico, botellas de champú y envases de detergente. Desarrollaron la metodología para incorporar las fibras del desecho de agave al plástico, y además, crearon una máquina integradora de procesos.
Ana Laborde se acercó a la industria tequilera y les propuso coordinar los trabajos para hacer más productivo el proceso de desecho y el de fabricación. Hoy dos industrias pueden verse beneficiadas.
Datos para reflexionar
En la exposición de motivos de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, hay tres párrafos que son importantes de subrayar. El primero informa que “la fabricación de bolsas de plástico es a base de polietileno en diversas densidades, el cual requiere importantes cantidades de petróleo (aproximadamente el 5.0 por ciento de la extracción total mundial se destina para este tipo de industrias), por lo que se puede deducir que su producción creciente conlleva a una demanda irracional de dicho recurso no renovable”.
En el segundo fragmento se puede leer que “según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), un individuo emplea ‘seis bolsas de plástico por semana en el mundo; 24 al mes y 288 al año (para sólo reciclarse uno por ciento del total)’”.
Más adelante, en este mismo documento, se informa que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) “estima que diariamente se consumen 20 millones de bolsas de plástico en todo el país; la industria reporta 400 mil toneladas de plástico producidas por año”.
Los datos anteriores son un ejemplo de lo que significa solamente el consumo de bolsas de plástico, pero, si a ello le sumamos que la industria tequilera produce anualmente 50 millones de toneladas de bagazo de agave, la situación es más compleja. Aunque la planta de agave no es un desecho tóxico, sí hay un grado de contaminación alrededor de las industrias tequileras y en las poblaciones cercanas.
Las nuevas tendencias son fabricar productos que sean más amigables con el medio ambiente.
Por su propuesta para desarrollar bioplásticos, la licenciada Laborde fue premiada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como uno de los 10 innovadores mexicanos menores de 35 años, y representó a México en la Competencia Global de Emprendimiento “bizBarcelona”.