Izamal en el tiempo, una mirada arqueológica, religiosa y cultural
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 19 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La ciudad de Izamal, conocida por su centro histórico de fachadas amarillas y las huellas que la historia prehispánica, colonial y contemporánea ha dejado en ella, todavía guarda historias que contar. Algunas de ellas fueron recopiladas en el volumen Izamal en el tiempo, que conjunta la perspectiva de la arqueología, historia, religión y crónica para ofrecer una visión diacrónica del devenir de la ciudad.
Para Stella María González Cicero, directora general de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas (Adabi), la sacralidad de Izamal no solo proviene de la devoción mariana a la Virgen María, establecida por los monjes franciscanos durante la colonia española, sino que se remonta a la época prehispánica y su fundación como ciudad mítica.
“La sacralidad viene porque se reproduce todo el hecho mítico de la fundación de estas poblaciones, pero con un referente al lugar mítico. En ese peregrinar hay un personaje que encarna el papel de dirigente, guía, pero también de sacerdote, el cual encarna la figura del dios Itzamatul, de donde toma su nombre como Zamná”, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Retomando del antropólogo Alfredo López Austin el concepto de los hombres-dioses —quienes eran los encargados de guiar a las diferentes comunidades indígenas por toda Mesoamérica, desde una ciudad mítica hasta su establecimiento definitivo en diferentes ciudades—, Zamná es visto como el hombre-dios que guía la fundación de Izamal.
“Al reproducir en la misma fundación los mismos actos que la fundación mítica, la orientación, los tipos de centros ceremoniales que se crean, están reproduciendo los modelos originarios o los modelos iniciales de la humanidad, y eso es lo que da su sacralidad a Izamal”, apuntó González Cicero.
De acuerdo con la investigadora, los franciscanos retomaron la sacralidad prehispánica para establecer el culto a la virgen mariana, con la que se sustituyó la figura de Zamná o de Itzamatul, a manera de bálsamo para los indígenas durante lo que fue una cruenta conquista militar y espiritual.
“Aunque no hubo armas en la conquista espiritual, hay una destrucción total de un mundo interno y de una cosmología perfectamente ubicada y ordenada de acuerdo con las creencias mayas. Tan desamparados se encontraban los indígenas, que al encontrar en la figura de María una madre, a nivel personal, de comunidad y de pueblo, los indígenas comienzan a tenerle una devoción muy grande a la virgen”.
Los franciscanos permitieron a los indígenas expresar a la Virgen María manifestaciones propias de su cultura —como bailes, cantos y ofrendas—, al igual que hacían para el dios Itzamatul o para el sacerdote Zamná. “Esto es el arranque de lo que, después de siglos, los franciscanos van a seguir fortaleciendo, insistiendo y repitiendo”.
La devoción a la Virgen María se extendió, más allá de los franciscanos de Izamal, hacia una devoción de toda la iglesia de Yucatán, debido a los favores que la península recibió de la virgen ante la propagación de pestes y diversas enfermedades. “De ser una devoción local, pequeña, se convierte en una devoción regional y después estatal, que tiene sus irradiaciones hasta lugares muy lejanos”.
Entre sus publicaciones, Stella González Cicero escribió el libro Nuestra Señora de Izamal: Reina y patrona de Yucatán: retrospectiva histórica de la sacralidad de Izamal y el culto Mariano apoyado por el Fomento Cultural Banamex.
Revalorización del sitio arqueológico de Izamal
Francisco Rafael Burgos Villanueva, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Yucatán (INAH), señala que el sitio arqueológico que se encuentra en Izamal se desarrolló en el Posclásico; tiene dos sacbés (uno que comunica al sitio de Aké y otro que comunica al sitio de Kantunil) y cuenta con tres plazas, alrededor de las cuales hay estructuras domésticas y plataformas habitacionales.
“Hemos registrado más de 160 plataformas dentro de los patios de las casas actuales e hicimos hace poco unas excavaciones en cablería interna, donde encontramos varias estructuras y ofrendas”, describió.
Para el investigador, aunque Izamal es un sitio de gran importancia, no ha sido valorado como tal debido a que, para poder entenderlo y apreciar su volumetría, es necesario observarlo a través de vistas aéreas.
“Tiene trece sitios satélites que están alrededor de la ciudad, que comparten las mismas características que la capital, tienen piedra megalítica, comparten la cerámica y entonces eso los hace de una u otra forma, nos da la idea de cómo fue la ciudad en la época prehispánica”.
Conexión entre Izamal y la zona costera
Izamal es, además, la capital de la región de Ah Kin Chel, que abarca aproximadamente seis mil kilómetros cuadrados. Como resultado del subproyecto que lleva el mismo nombre, los investigadores del INAH realizaron una prospección arqueológica en esta región, donde encontraron más de 240 sitios nuevos.
“Esto no solo vino a enriquecer el número de sitios registrados sino que también viene a llenar los mapas que en muchas partes estaban vacíos. También a través de los recorridos, pudimos ver que existe una relación muy fuerte entre la costa y unos sitios que están como a 20 kilómetros de la costa, como Yalzihom y Dzidzantun. Todos estos sitios juegan un papel, como si fueran aduanas entre la costa y la capital”, explicó.
Con esto, se encontró una distribución de sitios arqueológicos entre la capital y el cinturón de sitios que, de acuerdo con el investigador, fueron considerados como nodos que iban desde los puntos donde se transportaban las mercancías de la costa hacia la capital, y de la capital hacia la costa. “Nosotros pensamos que Izamal no está valorado porque muchos planos ni siquiera mencionan esto”.
También se encontró que los límites del sitio del lado oriente colindan con lo que se conoce como el Anillo de cenotes, pues es hasta este punto donde se encuentran los sitios que comparten características arqueológicas.
“Le damos mucha importancia al trabajo de estudios regionales porque podemos entender mejor la capital con relación de todos los sitios arqueológicos y no verlo solo desde la capital, porque realmente no entenderíamos cómo una capital regional tan grande y luminosa que necesitó tanta fuerza de trabajo para realizarse, se pudiera haber mantenido aislada”, expresó el investigador.
Algunas características que se comparten entre los sitios de esta área regional es la cerámica, las características de los sacbés y la arquitectura megalítica, lo que da los parámetros para concebir que se trataba del mismo territorio durante el apogeo de Izamal, en el Posclásico. “Pensamos que todavía falta mucho por hacer, pero que al menos estamos dando pasos para ir entendiendo mejor a Izamal”, resaltó.
El siglo XX en la memoria de los cronistas
Miguel Florencio Vera Lima, médico y cronista de la ciudad de Izamal desde 1977, ha registrado algunos de los sucesos políticos, culturales y sociales más relevantes que se dieron en la ciudad de Izamal a lo largo del siglo XX.
“Iniciamos el siglo cuando la dictadura tenía en Izamal infinidad de haciendas henequeneras, más de 200 haciendas henequeneras en los alrededores de la ciudad. La fibra del henequén alcanzó un gran auge sobre todo después de la Guerra de Castas. Alcanza la ciudad en esta época, en el porfirismo, un auge económico, material y un desarrollo inusitado, fue la época de mayor esplendor”, apuntó.
Colegios, bandas de música, asociaciones culturales, periódicos, un kiosco y un teatro eran algunas de las actividades que destacaron durante esa época. Sin embargo, la llegada de las fibras sintéticas fue acabando con la industria henequenera, por lo que en la ciudad se tuvieron que buscar nuevas opciones para recuperarse económicamente.
Revolución y socialismo
La revolución llegó a Yucatán en 1915 con Salvador Alvarado, época en que se llevaron a cabo grandes modificaciones en el estado y que, en Izamal, se vieron reflejadas en gran medida en las prácticas religiosas. “El atrio sirvió como cuartel de las tropas de Salvador Alvarado y de algunos de los gobernantes que luego siguieron”.
Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán de 1922 a 1924, cambió el título de Izamal de “ciudad” a “pueblo” —al igual que otras poblaciones como Tizimín, Valladolid y Tekax— para contar con más tierras para repartir entre los campesinos. Así, en 1923 llegó Carrillo Puerto a repartir tierras entre los izamaleños y meses después inauguró el mercado Zamná, unos días antes que iniciara la persecución que terminaría en su fusilamiento.
Llegada de Juan Pablo II
De acuerdo con Vera Lima, el aspecto religioso continúa teniendo una gran importancia en Izamal, pues en la actualidad la ciudad es un centro de peregrinación en el que se llega a rendir culto a la imagen de la virgen, a la cual se le confirió el título de Reina en 1949 y el título de Patrona en 1960 (lo que se dio a conocer en un evento masivo en 1970).
“Luego recibe ella el título de Patrona de la Provincia Franciscana de San Felipe de Jesús y el año pasado se le dio el título de Patrona de los Jaraneros en el estado de Yucatán”.
Dada la importancia de esta imagen, el papa Juan Pablo II, devoto mariano que gustaba de arrodillarse ante las imágenes marianas de todo el mundo, programó una visita a Izamal en el marco de los 500 años del encuentro de la llegada de Colón a América.
“El 11 de agosto de 1993 llegó el papa a dar un mensaje de aliento a los representantes de distintas culturas que estaban en el atrio franciscano. Les da un mensaje, a la virgen simbólicamente le impone la corona en representación de los indígenas reunidos y le regala un rosario de perlas. Entonces la importancia religiosa de Izamal está vigente todavía”, resaltó el cronista.
En 1965, las autoridades adquirieron los predios que rodeaban el convento y, con la intención de lograr una uniformidad en la fisonomía de la ciudad, indicaron que todas las casas del centro histórico fueran pintadas de amarillo, blanco y algunos tonos rojizos. A partir de 2013, se convirtió en obligación para todos los propietarios de los predios del centro histórico pintar de esta manera, lo que dota a la ciudad una imagen particular.
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