Bonpland y Humboldt
EL COLEGIO NACIONAL
Síntesis Informativa | 11 noviembre 2019
Bonpland y Humboldt | Los viernes de la evolución | Ciclo de conferencias
- Humboldt era una flama ardiente, dotado de gran inteligencia y salud de hierro. Ese ardor lo convirtió en un gran viajero: Luis Fernando Lara
- La biología evolutiva tiene dos padres, Lamarck y Darwin, pero tiene una sola madre: la biología comparada: Antonio Lazcano
- Se debe entender a Bonpland como parte de una red de personajes gracias a los cuales la ciencia y las prácticas de la historia natural se hicieron de cierta forma: Irina Podgorny
- Humboldt fue el Nicolás Copérnico de los datos de la época: unió todo, armó todo, hizo los enlaces: Carlos Montúfar
Este viernes 8 de octubre se realizó la última sesión del año del ciclo de conferencias Los viernes de la evolución en El Colegio Nacional (Colnal). Los colegiados Luis Fernando Lara, Antonio Lazcano Araujo y José Sarukhán, así como la Embajada de Francia en México coordinaron la mesa redonda intitulada Bonpland y Humboldt, que contó con la participación de Carlos Montúfar e Irina Podgorny.
Lara recalcó la ferviente labor científica de Alexander von Humboldt en sus viajes: “era una flama ardiente. Dotado de gran inteligencia y una salud de hierro [...]. Ese ardor lo convirtió en un gran viajero: el viaje como conocimiento y el conocimiento como viaje”.
Lazcano mencionó que en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia existen muchos ejemplares de las plantas que recolectaron tanto Humboldt como Bonpland durante su estadía en México. “Los colegas franceses se acercaron en un plan de igualdad [...]. ¿Por qué esta riqueza biológica no se sube a la red con las técnicas modernas?”, se preguntaron los franceses y lo hicieron, según Lazcano. El resultado del acercamiento de México y Francia fue una escuela de verano sobre el origen de la vida, conferencias que se han impartido recientemente sobre biología y el acercamiento a Bonpland y Humboldt con diversas actividades.
La antropóloga Irina Podgorny abordó al naturalista, médico y naturalista francés Aimé Bonpland durante su estadía en la Pampa. Relató que Bonpland le escribió una larga misiva al presbítero uruguayo Dámaso Larrañaga: “quería ir a Montevideo a conocerlo no sólo para conversar con él, sino para darle una ojeada a sus colecciones de plantas, de insectos, de minerales porque sabía de sus hermosos trabajos y su notable afán por la ciencia”. Agregó que su paso por Uruguay y Buenos Aires fue con el fin de emprender negocios con la botánica: “el conocimiento genera además de poder, dinero”, afirmó Podgorny.
Bonpland escapó de su patria con la intención de encontrar un mejor futuro en el nuevo continente. Intentó vender libros, semillas y plantas para comerciar con los “señores y caballeros interesados en tener jardines similares a los que tenía la emperatriz Josefina”, de quien fue jardinero en su patria. Sin embargo, sufrió las mismas peripecias en América que en Francia a causa de la inestabilidad política del lugar. La recolección y clasificación de la fauna de la llanura se encuentra en las láminas del Museo de Historia de Natural de París. Las plantas y semillas que enviaron a Europa resultaron fructíferas, puesto que éstas se adaptaron y florecieron en su nuevo hogar.
“¿De qué viven los científicos?”, sobre todo aquellos expulsados de su país de origen, puesto que su labor siempre está en “hacer de su saber una materia de intercambio, de aplicar su conocimiento, en el caso de Bonpland, a los jardines, a la venta de sus libros”, se preguntó Podgorny.
El físico Carlos Montúfar —“que aunque es físico es muy cercano a la biología y tiene esta sensibilidad extraordinaria de la recuperación de las figuras históricas para encontrar nuestro presente”, como lo describió Lazcano—, descendiente del libertador homónimo del actual Ecuador, habló sobre la labor de Humboldt como un creador de mapas —entendiendo mapas no sólo como una calca geográfica, es decir, ampliando su significado a todo aquello que puede ser plasmado a través de los datos obtenidos—.
Desde la física, la astronomía y la geografía abordó los datos que el naturalista berlinés compiló y plasmó en ilustraciones y mapas, comparando la información que recaudó Humboldt con la que se tiene desde la Antigüedad Clásica, el Renacimiento y la Ilustración. “La labor del científico es convertir datos en conocimiento [...]. Datos de distinta índole: altura, rocas, animales, plantas”, recalcó el físico. “Humboldt es un poco el Copérnico de los datos de la época porque unió todo, armó todo, hizo un enlace”, concluyó Montúfar.
Antonio Lazcano apuntó que “la cultura tiene que ser abierta, cosmopolita y siempre dispuesta a reconocer las ideas nuevas”. Esto se demostró con la alianza de los ponentes y con la ayuda de la Embajada de Francia en México para la realización de la mesa redonda.
