Las bondades del lináloe
Por Susana Paz
México, DF. 3 de febrero de 2015 (Agencia Informativa Conacyt)- El lináloe (Bursera linanoe) es un árbol que crece en la selva baja caducifolia, su madera se utiliza en la elaboración de artesanías y su fruto en la extracción de aceite. Según la investigadora Dolores Vargas Álvarez, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), existen diversos estudios que lo señalan con múltiples aplicaciones biológicas que permiten ubicarlo como un árbol promisorio para la salud, la alimentación y el control biológico de plagas en cultivos, entre otros usos.
El aceite de lináloe presenta diversos compuestos aromáticos como son el cariofileno, linalool y acetato de linalilo, cuyos componentes varían de acuerdo con el órgano, el sexo y el estado fenológico de la planta. En la actualidad, un litro de este aceite puede llegar a costar 6 mil pesos.
No obstante, afirmó la experta, la especie está en peligro de extinción debido a su explotación masiva, pues constituye la principal fuente de ingresos y juega un papel determinante en la economía de las comunidades que destilan aceite esencial del fruto y de aquellos que elaboran artesanías en las diversas poblaciones de Guerrero, Puebla, Morelos y Oaxaca.
“El aceite de lináloe es un producto muy importante en las comunidades donde se explota. Por ejemplo, un litro lo están pagando en alrededor de 6 mil pesos, con una sola cosecha al año; lo que proponemos es un prototipo eficiente para la extracción de aceite a partir de distintos órganos de la planta, que permitirá diversificar sus productos y tener una mayor eficiencia”, explicó la investigadora.
Y es que asegura que cuando iniciaron con sus estudios, el litro rondaba los 3 mil pesos, la mitad que su costo en la actualidad. Para poder destilar un litro de aceite, se necesitan alrededor de 50 kilos de frutos: “Cuando les va muy bien, 100 kilos de fruto martajado destilan hasta dos litros y medio, y a veces tres litros, según la eficiencia del destilador”, afirmó la especialista.
En este contexto, Vargas Álvarez, en coautoría con el doctor Efraín Cruz Cruz, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en el Centro de Investigación Regional Pacífico Sur (Cirpas), Campo Experimental de Zacatepec, Morelos, han desarrollado un proyecto que tiene como objetivo la conservación de la especie a través de la generación de un modelo de utilidad para mejorar la obtención de este producto. De esta manera, han diseñado un prototipo para hacer más eficiente la extracción de aceite a partir de distintos órganos de la planta para contribuir a un mejor aprovechamiento de esta, y se han dedicado a impartir talleres para que se utilice mejor comercialmente.
El proyecto inició en 2008 para hacer un estudio retrospectivo de producción y ecología del lináloe: “Resultaba necesario conocer la ecología de la especie, la reproducción, el manejo, las nuevas formas de aprovechamiento, para hacer una propuesta en el mejoramiento de la eficiencia de los procesos de extracción y la calidad de los subproductos, además de promover el establecimiento de nuevas plantaciones”, aseveró la doctora Vargas Álvarez.
A su consideración, los usuarios que trabajan en la extracción de aceite a partir del fruto deben concientizarse en producir su propia materia prima y no depender solamente de las poblaciones naturales, por lo que también buscaron la opción de que se explotaran esquejes del árbol en la búsqueda de multiplicarlo de forma masiva.
“La extracción de la esencia de lináloe, a partir del fruto de forma artesanal, presenta deficiencias en el balance de energía y los tiempos de extracción. Además, es posible utilizar los otros órganos de la planta, hojas y tallos, como materia prima para obtener dichas esencias; sin embargo, es importante realizar evaluaciones del proceso usando muestras de órganos de árbol”, explicó la investigadora.
Y es que se ha demostrado que tanto la corteza, como las hojas y frutos, contienen altos contenidos de aceite, por lo que se les dio capacitación en el tema a varios productores de Puebla, Guerrero y Morelos. Después, se enfocaron a trabajar en un pueblo que explota comercialmente el aceite de los frutos llamado Chimalacatlán, en Morelos.
“Basado en el sistema artesanal ya establecido en Chimalacatlán, hicimos los ensayos de extracción y con ello fue posible determinar el análisis ingenieril del proceso, los puntos deficientes y de posible mejora con el siguiente prototipo. Este se hizo por la necesidad de la gente, que tenía elementos muy rústicos; se propuso una caldera más eficiente y con menor gasto de energía, además de que se evitaron las fugas al ambiente”, expresó la investigadora.
Financiado inicialmente por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Fondo Sectorial Conafor-Conacyt, el proyecto está en curso y en proceso de tener una aplicación en su prototipo de eficiencia para la extracción del aceite.
Egresada del doctorado en Fisiología Vegetal enfocado al metabolismo, y con un posdoctorado en Horticultura por la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Dolores Vargas Álvarez publicó al respecto de este tema el libro Explotación y análisis retrospectivo del lináloe, en autoría con Efraín Cruz Cruz.
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