Calle Nabor Carrillo
Por Ana Luisa Guerrero
Nabor Carrillo Flores fue un destacado ingeniero geotécnico mexicano cuya obra científica y académica es un referente en el país y en su alma mater la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de la cual fue el quinto rector desde la aprobación de la Ley Orgánica de 1945.
Una calle en la colonia Olivar de los Padres, en la Ciudad de México, lleva su nombre en memoria de quien promoviera en nuestro país la investigación en energía nuclear.
Hijo del célebre músico Julián Carrillo, estudió en la Escuela Nacional de Ingeniería y posteriormente se doctoró en Ciencias en la Universidad de Harvard tras haber recibido la beca Guggenheim, convirtiéndose en uno de los mayores expertos internacionales en mecánica de los suelos; una de sus mayores contribuciones en esta área fue el estudio El Hundimiento de la Ciudad de México. Proyecto Texcoco.
Como el primer coordinador de Investigación Científica de la UNAM fue invitado en 1946 por el gobierno de Estados Unidos como observador científico de la prueba nuclear Baker en medio del Océano Pacífico, siendo probablemente el único mexicano que haya visto una detonación de esa naturaleza.
A partir de este hecho, buscó con el respaldo del doctor Manuel Salvador Vallarta pionero de la investigación científica en México, crear un organismo que se dedicara al desarrollo de la energía nuclear y prestara cuidado a recursos como el uranio, a fin de que fueran explotados por los mexicanos.
Desde 1951 inició operaciones el Laboratorio de Química Inorgánica que se dedicó al tratamiento del uranio y su conversión en uranio metálico; como parte de este equipo se instaló una planta para la extracción y concentración de uranio situada en El Sotalar, Chihuahua.
El 14 de febrero de 1953, el doctor Nabor Carrillo Flores tomó posesión como rector de la UNAM en un momento en que se trasladarían las diferentes escuelas, institutos de investigación y oficinas a la Ciudad Universitaria con una población de cinco mil alumnos, iniciándose un proceso de masificación que conllevaba un reto en la organización académica y administrativa. Durante su gestión se estableció como norma congelas las cuotas escolares con el fin de permitir mayores acceso a la educación superior.
Asimismo, impulsó la ampliación de la planta docente estableciendo las categorías de profesor de tiempo completo y de medio tiempo, así como la de investigación de carrera. Dedicó el 10 por ciento de los egresos de la Universidad a la investigación, mientras que en su periodo se crearon las carreras de Pedagogía, Administración de empresas, Biblioteconomía y Artes Plásticas.
Nabor carrillo recibió numerosas distinciones, como el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Michigan en 1956, el Premio Nacional de las Ciencias en 1957, y por su desempeño como rector, la Junta de Gobierno de la UNAM lo reeligió periodo, siendo el primero en cumplir dos periodos completos.
Sus restos están enterrados en la Rotonda de las Personas Ilustres, en la Ciudad de México.
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