¿Cuánta agua consume un mexicano?
Boletín de prensa
5686/2017
Ciudad de México. 6 de julio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- En los últimos años, el concepto de huella hídrica se ha ido adaptado progresivamente como un nuevo campo de investigación interdisciplinario que ayuda a hacer uso del recurso líquido vital de forma más sostenible.
En 2002, el doctor Arjen Hoekstra, profesor en la gestión del Agua en la Universidad de Twente, Países Bajos, introdujo el término de huella hídrica al desarrollar un indicador del impacto del consumo humano de agua dulce, basado en un concepto denominado agua virtual, volumen total de agua utilizada directa e indirectamente para la elaboración de un producto o servicio.
Su interés por desarrollar este indicador parte de la observación de alarmantes signos de contaminación y escasez de agua en todo el mundo y del reconocimiento de que dicho impacto puede relacionarse con el comercio internacional de bienes y servicios.
Respecto a ello, Rita Vázquez del Mercado, coordinadora de Desarrollo Profesional e Institucional del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), explica que la huella hídrica permite visualizar el uso “oculto” del agua a lo largo de toda la cadena productiva y ayuda a identificar cómo, dónde y cuándo el consumo de bienes en un lugar impacta los recursos hídricos de otro lugar, ampliando así la comprensión de la problemática hídrica y de sus alternativas de solución.
En resumen, señala, la huella hídrica es un indicador de la apropiación humana de agua dulce, que ayuda a comprender mejor la escasez y la contaminación del recurso líquido en muchos lugares, así como su relación con el consumo de bienes y con el comercio internacional, convirtiéndose en una herramienta cada vez más utilizada en distintas latitudes para mejorar la gestión integrada de los recursos hídricos.