Células madre, entre la estafa y la ciencia
Boletín de prensa
7566/2018
Ciudad de México. 26 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Como todo buen vendedor, la maestra Carmelita es carismática. Viste formal, ríe con franqueza y su discurso es una mezcla de frases aduladoras, anécdotas emotivas y palabras científicas. No le es difícil crear empatía con público de su edad; alrededor de 20 personas mayores de 50 años la escuchan expectantes. Después de enumerar todas las bondades de su producto, la maestra Carmelita lanza la pregunta clave: “¿A quién le gustaría tener 14 millones de células madre en sangre todos los días?”. Los murmullos no se hacen esperar, una voz de mujer se eleva y se distingue su respuesta: “Pues a todos”.
Cómo no querer 14 millones de células madre en sangre si la maestra Carmelita acaba de explicar que son células muy especiales, que viven dentro de los huesos y que cuando alguien se enferma o se lesiona salen, viajan por la sangre, llegan al órgano dañado, se convierten en células jóvenes de ese mismo órgano y lo regeneran. Cómo no querer 14 millones de células madre en sangre cuando estás allí porque quieres sanarte.
Una mujer del público confiesa que lleva 25 años viviendo con diabetes, algunos más llevan bastón. La maestra Carmelita les dice lo que quieren escuchar: cualquier enfermedad puede revertirse con una buena dosis de células madre.
Lo que ella vende es un “nutracéutico”, una especie de suplemento alimenticio que estimula el cuerpo para producir más células madre y reparar cualquier órgano dañado. Tres pastillas, elaboradas con ingredientes 100 por ciento naturales, originarios del Tíbet, Madagascar y otros lugares aún más remotos.
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