Mitla, el culto prehispánico a los muertos
Boletín de prensa
8307/2018
Villa de Mitla, Oaxaca. 1 de noviembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El Día de Muertos es una de las celebraciones prehispánicas más importantes de México que resistió la Conquista, los siglos y se mantiene en la actualidad, pese a la globalización.
En Oaxaca, el festejo inicia días antes, con las compras en los mercados de frutas de la temporada: guayaba, mandarina, nuez, cacahuate; las flores de cempaxúchitl y la borla roja; los chiles secos y especias para el mole que deberá ser preparado con guajolote.
Todo tendrá que estar listo antes del 1 de noviembre, ese mismo mes en que los antepasados zapotecas recibían la visita de sus familiares muertos, asegura el arqueólogo Leobardo Daniel Pacheco Arias, director de la zona arqueológica de Mitla.
A lo largo de Mesoamérica, el culto a los muertos fue fundamental, inclusive se crearon ciudades sagradas para la veneración, entre ellas Mitla, un centro ceremonial enclavado en las faldas de la Sierra Norte de Oaxaca, habitado por la más alta jerarquía religiosa zapoteca que resguardaba los “bultos sagrados” o quiña de los gobernantes de la nación zapoteca.
En las crónicas españolas se establece una comparación entre Mitla y el Vaticano, apunta el director de la zona prehispánica bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y agrega que el esplendor de esta ciudad se registró a partir de 1200 y hasta la llegada de los europeos.
Mitla es una palabra formada por dos vocablos náhuatl: miqui que significa muerte y tlan, lugar. Su nombre en zapoteco es Lyobaa, cuya traducción es “lugar de tumbas”.
A este sitio acudían los zapotecos de distintos pueblos de la Sierra Norte, Macuilxóchitl, Ocotlán y Zaachila, esta última ciudad concentró el poder político de esa nación tras la caída de Monte Albán, apunta Pacheco Arias.
FH/SP/FV/8307/2018