Mi asistente es un robot
Por Maru Molina
México, DF. 22 de diciembre de 2014 (Agencia Informativa Conacyt).- En el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana (UV) desarrollan un robot asistente para supermercados con el objetivo de apoyar a adultos mayores, así como personas con discapacidades. El líder de este trabajo de investigación es Antonio Marín Hernández, doctor en Informática y Telecomunicaciones.
El asistente robótico es totalmente autónomo y buscan que sea antropomorfo (con apariencia humana); para ello, le están diseñando torso y brazos pero en la parte inferior tiene una canastilla que servirá para depositar y transportar productos.
“Los japoneses aceptan que el robot sea prácticamente como un ser humano, pero los países occidentales tenemos un umbral de aprobación distinto y preferimos que la entidad mecatrónica tenga la apariencia de robot con ciertos elementos del cuerpo humano. Estos estudios los estamos haciendo con psicólogos y diseñadores”, dijo el especialista en entrevista.
El doctor Marín Hernández aseguró que su contribución es el diseño de algoritmos que resuelven todo el procesamiento del robot para que pueda reconocer, interactuar, hablar y entender las instrucciones del usuario. “Cuando las personas interactúan con un robot esperan que las entiendan”, aseveró.
El proyecto contempla que el usuario de este servicio baje una aplicación informática para su teléfono móvil con la cual tendrá un número de identificación personal (NIP). “La persona podrá hacer, en su celular, la lista de los productos que desea comprar y, cuando ingrese a las instalaciones del supermercado, automáticamente se conectará su teléfono celular con el servidor de la computadora de la tienda, para enviar la lista de la mercancía que desea comprar”, explicó el investigador.
Sus deseos son órdenes
El usuario solamente tendrá que teclear su número confidencial para que al momento de ingresar al supermercado ya tenga asignado un robot que lo estará esperando en la entrada. Como medida de comprobación, el robot identificará al consumidor, en su pantalla le mostrará la fotografía del usuario que tiene en su base de datos y la lista que envió. En ese momento se iniciará el servicio de asistencia en las compras.
La primera propuesta de este trabajo es que el robot siga al usuario en el recorrido por la tienda pero también se contempla programarlo para que él sea quien proponga rutas más directas y evite obstáculos. El asistente de supermercados cuenta con un mapa que marca las áreas donde se encuentran los productos y la persona puede seleccionar a la que desea dirigirse, por ejemplo, abarrotes, lácteos, productos enlatados, carnes frías o panadería.
Al colocar la mercancía en la canastilla, el producto atravesará por un lector de código QR (quick response o respuesta rápida, código que consta de una matriz de puntos o un código de barras bidimensional que va a sustituir al de barras) que permitirá sumar el precio de lo que se vaya comprando.
En la pantalla del asistente robótico aparecerá la lista de productos marcando el estatus de cada uno: inicialmente todos estarán en rojo; en verde los que ya se encontraron, y en amarillo los que se agregaron pero que no pertenecían a la lista inicial. De esta forma, el consumidor sabrá cuántos productos lleva y podrá decidir cuáles quitar o agregar en función de la suma total.
Además, en caso de que el robot se pierda, podrá llamar al celular del usuario y ponerse de acuerdo con él para establecer un lugar en donde puedan encontrarse. En una fase más avanzada, buscan que el robot tenga comunicación con el área de servicios, para que cuando no haya un producto en anaqueles, el personal del almacén se los proporcione.
Retos tecnológicos
Uno de los problemas a los que se enfrentan los investigadores de la UV es el desarrollo de algoritmos de visión para detectar objetos. Actualmente, el robot funciona con una base de mil productos que puede identificar, pero necesita más de diez mil, que es la cifra de mercancías que en promedio están disponibles en un supermercado. Los logotipos de los artículos cambian constantemente, tienen promociones y distintas presentaciones. Este trabajo es un reto para la informática dentro de lo que se denomina como tratamiento de grandes datos (big data).
Marín Hernández estima que el robot estará listo para su primera aplicación comercial dentro de tres años. “Debido a que en Europa la mano de obra para supermercados es cara, este proyecto de desarrollo tecnológico ha sido muy bien aceptado en ese continente”, aseguró.
“En México hay investigadores en el área de la robótica que tienen calidad y presencia mundial. Deseamos que nuestros egresados inicien empresas mexicanas y que generen empleos con profesionistas de alto nivel”, concluyó el doctor.
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