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Coreanos y libaneses en Yucatán: historia comparada de dos migraciones


Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 15 de abril de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Claudia Dávila Valdés, profesora investigadora del Centro de Investigaciones Regionales “Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), desarrolló en los últimos cinco años el proyecto de investigación Libaneses y coreanos en Yucatán. Historia comparada de dos migraciones, que indaga sobre la experiencia de estos dos grupos étnicos dentro de los cambios sociales y económicos de Yucatán durante el siglo XX. 

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“El objetivo principal fue confrontar, en cierta manera, la experiencia migratoria de estos dos grupos para tratar de encontrar las razones de por qué su experiencia migratoria fue tan diferente, dado que llegaron en el mismo periodo y al mismo territorio”, indicó en entrevista.

Considerando que el estudio de la migración libanesa se ha concentrado principalmente en la ciudad de Mérida, capital del estado, la investigadora adscrita con nivel I al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) estudió el caso particular del municipio de Motul, ubicado a 40 kilómetros al oriente.

“Por su parte, los coreanos no llegaron a Mérida sino que se dispersaron al interior del estado para trabajar en las haciendas henequeneras, por lo que consideré que en Motul, por estar cerca de la ciudad y dentro del corazón de la zona henequenera, podría encontrar descendientes de estas dos migraciones”, indicó.

Dra.-Claudia-Dávila-Valdés.jpgEl estudio fue realizado desde la perspectiva de la historia comparada de las migraciones en un mismo territorio y consistió en la revisión de archivos locales (Archivos del Municipio de Motul), estatales (Archivo General de Yucatán) y nacionales (Archivo de Relaciones Exteriores de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Archivo General de la Nación). Asimismo, se realizaron entrevistas semiestructuradas a los descendientes de los migrantes que fueron localizados en Motul para conocer sus trayectorias de vida y sus conocimientos sobre sus antepasados.

Dispersión contra concentración geográfica

A partir de la teorías del capital social y las teorías económicas de migración, Dávila Valdés encontró cinco factores que ayudan a comprender las diferentes trayectorias de las migraciones libanesas y coreanas.

El primero corresponde a la dispersión geográfica de los coreanos contra la concentración geográfica de los libaneses. “Los coreanos se dispersaron en 32 haciendas, permanecieron durante cuatro años y después se dispersaron aún más, incluso fuera de Yucatán. No hay una concentración geográfica y esto dificultó que actúen como grupo cohesionado”, apuntó.

Por otra parte, los libaneses llegaron mayoritariamente a Mérida y se establecieron en las principales calles del centro de la ciudad, así como en los centros de los principales municipios del interior del estado, permitiéndoles consolidar una vida comunitaria mucho más cohesionada.

Composición familiar y endogamia

El segundo factor a considerar fue la composición familiar de ambas migraciones. Alrededor de mil 14 coreanos arribaron juntos a Yucatán en un único viaje realizado en 1905, tras lo que no llegaron más. “Esos que llegaron eran mayoritariamente hombres solteros que venían a hacer o rehacer su vida en Yucatán. Todas las mujeres que vinieron estaban casadas y las niñas fueron obligadas a casarse con un descendiente de coreanos, pero los hombres llegaron con más libertad de escoger a sus parejas”, apuntó.

De acuerdo con la investigadora, durante la primera mitad del siglo XX llegaron alrededor de 777 libaneses de primera generación a Yucatán a lo largo de un periodo que tuvo su punto de mayor intensidad después de la Primera Guerra Mundial y terminó cuando México cambió sus políticas migratorias a principios de 1930, negándose a aceptar a estos grupos migratorios.

“Fue una llegada en llamada. Primero llegaron mayoritariamente hombres y al que le fue bien mandó traer a sus parientes, a su esposa con sus hijos o a la novia con la que se iba a casar. Eso permitió que más mujeres fueran llegando poco a poco y le dio una composición diferente a la migración”, apuntó.

El tercer factor de análisis arrojó la mirada sobre la endogamia de los libaneses durante la primera mitad del siglo, en contraste con el rápido mestizaje y “yucatequización” de los coreanos. “Ellos trabajaban en las haciendas como jornaleros y ahí conocieron a mujeres de origen maya con las que se casaron”.

Cadena migratoria y contexto de llegada

El cuarto elemento está relacionado con la presencia de una cadena migratoria, es decir, el conjunto de vínculos interpersonales que conectan a migrantes, migrantes antiguos y no migrantes en su área de origen y de destino a través de lazos de parentesco, amistad y comunidad de origen compartida.

En el caso de los coreanos, estos no transmitieron las costumbres y tradiciones de su lugar de origen, dejando que sus esposas yucatecas guiaran sus dinámicas y las de sus descendiente; mientras que los libaneses se conforman como un grupo cerrado donde permanecieron en gran medida las costumbres, las tradiciones gastronómicas y el sentido de pertenencia a su comunidad.

El último factor fue el contexto de la llegada. Los libaneses llegaron a un contexto urbano y, aunque se dedicaban a una actividad “de pobres” como es el comercio ambulante, esta les permitió capitalizarse y tener una movilidad social en ascenso. Los coreanos llegaron para trabajar como jornaleros en las haciendas ubicadas en el medio rural, por lo que no tenían muchas oportunidades de movilidad social y capitalización.

“Todo esto permite que los libaneses consoliden una amplia red social y un capital social donde hay solidaridad y apoyo mutuo que les permite ir subiendo en la escala socioeconómica mucho más rápido que a los coreanos, a quienes se les dificulta la formación de una comunidad donde hay capital y redes sociales estrechas”, comentó.

El estudio se encuentra actualmente en proceso de publicación en formato de libro a través de la casa editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde Claudia Dávila realizó su doctorado en historia. Entre los artículos escritos por la investigadora se encuentran "La migración coreana en Yucatán. Procesos de integración y movilidad social y geográfica", publicado en la Revista Iberoamericana en 2015; "La aplicación de la política migratoria restrictiva y controladora en Motul. El caso de libaneses y coreanos", publicado en la revista Península en 2015; y Socio-Economic Trajectory and Geographical Mobility of Lebanese and Koreans. From Motul to Mérida, publicado en Migraciones Internacionales en 2015.

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