Fertibuap, el laboratorio que provee tecnología al campo mexicano
Boletín de prensa
7058/2018
Puebla, Puebla. 3 de abril de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Con la intención de disminuir la fertilización química, hace 30 años se inició un proyecto para utilizar microorganismos que pudieran cumplir esta función, con el tiempo el resultado se concretó con Biofertibuap, un producto que representa la primera transferencia tecnológica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) que, a partir del trabajo científico, permitió una aplicación real en beneficio de los productores del agro mexicano.
La creación de un inoculante bacteriano para cultivos fue iniciada por el doctor Jesús Caballero Mellado en la década de los 70 en la BUAP. En la actualidad, los investigadores Moisés Carcaño Montiel, Teresita Jiménez Salgado, Lucía López Reyes, Amparo Mauricio Gutiérrez y Armando Tapia, del Laboratorio de Microbiología de Suelos del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas (CICM), del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), continúan con estos desarrollos biotecnológicos que ya se comercializan en México.
“Al inicio se buscaron microorganismos benéficos, como la bacteria Azospirillum, después otras bacterias en distintas condiciones edafoclimáticas, y a partir de esta búsqueda se logró crear el primer banco de germoplasma, donde comenzaron los primeros ensayos en plantas. Este trabajo continuó por cinco años y a partir de 1985 se hicieron los primeros experimentos de invernadero en cultivos de maíz y trigo con aplicaciones posteriores en dos comunidades ubicadas en Veracruz y Tlaxcala”, relata para la Agencia Informativa Conacyt el maestro Moisés Carcaño Montiel, actual titular de este programa.
En entrevista, explica que tanto el fósforo como el nitrógeno y el potasio son elementos nutritivos esenciales para el desarrollo adecuado de las plantas y como parte de los resultados de las investigaciones, se obtuvo una formulación bacteriana que en cultivos para maíz incrementa el contenido de fósforo asimilable en el suelo, de 12 a 46 por ciento, además del contenido de fósforo foliar, de cuatro a 49 por ciento, logrando un incremento en el rendimiento del maíz de 38 por ciento.
DP/SP/FV/7058/2018