Gerardo Herrera: en busca de la supersimetría y la antimateria
Por Miguel Tierrafría
Guanajuato, Guanajuato. 15 de octubre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- En el marco del Festival Internacional Cervantino (FIC), el físico mexicano Gerardo Herrera impartió la conferencia El gran colisionador de hadrones: más allá del bosón de Higgs en donde hizo una reflexión y una cronología sobre en qué situación se encuentra el estudio en torno a entender el origen del universo.
El investigador mexicano, quien es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y uno de los científicos de México que encabeza los trabajos en el gran colisionador de hadrones, destacó en su plática que uno de los temas fundamentales que es tema de estudio y análisis es la supersimetría oculta en el universo, que en caso de lograrse con el conjunto de experimentos en los que chocan las partículas, podría entenderse la fuerza y la materia como una misma cosa.
“Para encontrar esa supersimetría es necesario que cada una de esas partículas, el quark, el electrón, tengan un asociado, un compañero supersimétrico, es decir cada uno tenga un superasociado, hasta la fecha no se ha encontrado y es una condición para que exista una supersimetría, el gran colisionador de hadrones está buscando esas partículas”.
Durante su charla explicó preguntas que se hacen los físicos que están trabajando en el mayor colisionador de partículas del mundo, como por ejemplo el hecho de que si el universo está hecho de materia y antimateria, esta última siendo su contraparte, porque aún no aparece en cantidades similares.
“El universo que nos rodea está hecho de materia, ¿qué pasó con la antimateria? Cuando el universo se originó con el Big Bang hubiese producido cantidades de una y de la otra; sin embargo, la antimateria no aparece por ningún lado y es una de las grandes preguntas que se plantea el gran colisionador de Higgs”.
Otro de los temas que abordó el investigador mexicano, quien se presentó en el Patio de Relaciones Industriales, a un costado de la Universidad de Guanajuato, fue la búsqueda de la quinta dimensión, en donde con base en el choque de partículas y la generación de energía que se desprende de tal choque, muchas de esas partículas que se liberan pueden no quedarse en las dimensiones conocidas sino acceder a esa quinta dimensión poco estudiada.
“Dos protones que se aproximan en espacio-tiempo, pero eventualmente de la colisión surgen partículas para todos lados y alguna de esas partículas se va por una quinta dimensión, una dimensión que no forma parte de las nuestras, si eso ocurriera nos faltaría en el inventario aquella partícula que se fue por la quinta dimensión”, aseguró el investigador.
Proyecto ALICE y la participación de investigadores mexicanos
El investigador Gerardo Herrera explicó que los mexicanos han tenido participación en el gran colisionador de hadrones, en específico en el proyecto ALICE (A Large Ion Collider Experiment) dedicado a comprobar la existencia de la supersimetría de partículas, en el cual en mayo de este año lograron instalar un detector de rayos cósmicos que ampliará el espectro de ALICE.
El gran colisionador de hadrones se ubica entre los límites de Suiza y Francia, tiene una longitud de 27 kilómetros y una forma circular, en el cual los protones dan vueltas alrededor del túnel en el que al momento del choque entre protones se genera energía y liberación de partículas las cuales se analizan para encontrar las respuestas sobre el origen del universo, la existencia de partículas supersimétricas, así como responder a preceptos como la teoría de cuerdas, entre otras cuestiones. |
“Durante esta pausa larga los mexicanos le dimos mantenimiento al V0 y al detector de rayos cósmicos, pero la propuesta que habíamos planteado en 2009, la posibilidad de instalar un nuevo detector, fue rechazada por mucho tiempo; finalmente fue instalado durante la pausa larga AD (Alice Difractive) y está tomando datos como si fuera un sistema más de ALICE; la idea de este detector es ampliar el espectro de ALICE para hacer física difractiva”.
Finalmente, el investigador mexicano dijo que en este momento el gran colisionador de hadrones trabaja por etapas en donde se hacen pausas hasta por un año para el mantenimiento, por lo que en esta pausa realizada se amplió la energía del colisionador al doble, trabajando a poco más de 13 teraelectronvoltios, con capacidad para producir una temperatura de 5.5 billones de grados centígrados, la temperatura inicial antes del Big Bang que originó el universo.
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