Calle Henry Becquerel
Por Ana Luisa Guerrero
El descubrimiento de la radiactividad fue obra del físico francés Henry Becquerel, con lo que fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1903. En México, la ciudad de Puebla lo recuerda con el nombre de una calle en la colonia Tecnológico, Segunda Sección.
Nació en el seno de una familia de científicos, su abuelo Antoine César y su padre, Alexandre Edmond, así como su hijo Jean Becquerel. Estudió en la École Polytechnique y en la École des Ponts et Chaussées, en París.
Su labor científica la desarrolló experimentando fenómenos relacionados a la rotación de la luz polarizada causada por campos magnéticos.
En 1896 descubrió una nueva propiedad de la materia, a la postre llamada “radiactividad”. Mientras realizaba experimentos sobre la fluorescencia, colocó sales de uranio sobre una placa fotográfica en una zona oscura, comprobando que la placa se ennegrecía; en ese proceso, las sales de uranio emitían una radiación capaz de atravesar papeles negros y otras sustancias opacas a la luz ordinaria.
Los resultados de sus experimentos los informó a la Academia de las Ciencias francesa, haciendo énfasis en la particular actividad mostrada por los cristales constituidos por sales de uranio; días después comprobó que eran activas sin necesidad de ser expuestas a una fuente energética. Al principio, los rayos fueron denominados Rayos Becquerel, y a la postre se comprobó que era radiactividad natural, por lo que compartió el Premio Nobel de Física con el matrimonio Curie, que descubrieron la radiactividad en elementos como el torio, el polonio y el radio.
Henry Becquerel descubrió además que la radiación beta se integra por electrones y que el radio se podría utilizar para destruir tumores, sentando los orígenes de la radioterapia.
Sus investigaciones también giraron en torno a la fosforescencia, la espectroscopia y la absorción de la luz.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
