Calle André- Marie Ampère
Por Ana Luisa Guerrero
En el municipio de Guadalupe, en Nuevo León, una calle recuerda al físico y matemático francés André- Marie Ampère, inventor del telégrafo eléctrico y, en colaboración con François Arago, el electroimán.
Dotado de una extraordinaria inteligencia, ante de conocer los números ya hacía cálculos con piedritas, nunca fue a un escuela como tal, pero a su desarrollo contribuyó impecablemente su padre, comerciante de profesión, pero con cualidades en literatura francesa y latina, así como en diversas ramas de la ciencia.
Desde los cuatro años leía a Buffon y los 12 años ya consultaba libros de matemáticas en la biblioteca de Lyon y en poco tiempo dominó el cálculo diferencial e integral.
Concluida la Revolución Francesa fue profesor de ciencias, física y filosofía en Lyon. A partir de 1808 se desempeñó como inspector general del sistema universitario de París, y en 1826 fue nombrado catedrático en la Universidad de Francia.
Sus trabajos se enfocaron en la matemática en torvo a la teoría de probabilidades y la integración de ecuaciones diferenciales parciales. En 1820 comienza su interés en la relación entre el magnetismo y la electricidad, descubriendo que la dirección que toma la aguja de una brújula depende de la dirección de la corriente eléctrica que circula cerca, deduciendo la “regla de Ampère”.
La ley de la electrodinámica es una de sus leyes más conocida, que describe las fuerzas que dos conductores paralelos atravesados por corriente eléctrica ejercer uno sobre otro; si el sentido de la corriente es el mismo en los dos conductores, estos se atraen, y la corriente se desplaza en sentidos opuestos, los conductores se repelen.
El fenómeno del magnetismo lo interpreta con la teoría de la corriente molecular, según la cual innumerables partículas minúsculas (cargadas eléctricamente) estarían en movimiento dentro del conductor. Aunque en su momento la teoría fue rechazada por los científicos, se impuso hasta 60 años después tras el descubrimiento del electrón.
Entre sus inventos destacan el galvanómetro, el telégrafo eléctrico y el electroimán; con sus trabajos se dieron a conocer los términos “corriente eléctrica” y “tensión eléctrica”
Murió en 2836 durante una jornada de inspección en la enfermería del liceo Thiers de Marsella, a los 61 años de edad. Sus restos reposan en el cementerio de Montmartre, en París.
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