Ignacio González, el científico que se fortaleció de las adversidades
Por Armando Bonilla
México, DF. 9 de septiembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Luego de regresar de cursar su doctorado en Francia y enfrentarse a la dura realidad que significó no percibir un buen sueldo e incluso a la crítica de su familia debido a ello, hoy en día Ignacio González Martínez recuerda aquellos momentos difíciles en medio de la satisfacción que le representan los frutos de su arduo trabajo.
Entrevistado en la sala de su casa, la cual refleja en su pulcritud y elegante, pero sobria, decoración la ordenada personalidad de González Martínez, el también catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, contó cómo es que descubrió su pasión por la ciencia y cómo se adentró en el mundo de la investigación hasta concretar importantes proyectos.
La vocación científica y las plantas de su madre
En un ejercicio de memoria y con una sonrisa dibujada en el rostro, González Martínez relató que desde muy pequeño se sintió atraído por el mundo de la investigación y que incluso, cuando era niño, jugaba a que era un gran investigador.
“Recuerdo que arrasaba con las plantas de mi mamá porque según yo me dedicaba a hacer experimentos de biología... A mí la química y la biología me llamaban mucho la atención y desde la secundaria tuve una maestra que motivó mucho mi interés por ambas materias. Ya en la preparatoria tuve también la fortuna de contar con maestros que alimentaron mi interés que ya era evidente por las ciencias”, dijo esbozando una ligera sonrisa.
Ignacio González Martínez realizó sus estudios de licenciatura en Química en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, cuando esa institución aún era Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP). Posteriormente realizó sus estudios de maestría y doctorado en París, Francia, en la Université Pierre et Marie Curie, donde cursó Química Analítica con especialidad en Electroquímica.
“Después de mi formación académica me integré al campo laboral en México en la UAM Iztapalapa en el año de 1984”, contó. No obstante, señaló que previo a ello el panorama lució muy complicado debido a las condiciones del campo laboral en el país y a que su decisión de sumarse a la UAM le valió fuertes críticas por parte de sus amistades.
Platicó también que afortunadamente sus padres no tuvieron grandes complicaciones para solventar sus estudios académicos; sin embargo, sí tuvo que trabajar a la par de los estudios porque, previo a la escuela, debía apoyar en los negocios familiares de su padre.
“Para mi padre era muy importante que le ayudáramos en sus negocios, así que todos los fines de semana, en vacaciones, e incluso en ocasiones por las mañanas, previo a la escuela tenía que ayudarle y por eso fue muy difícil estudiar y trabajar, pero para mí el reto era estudiar y eso era algo que me gustaba mucho”.
Pese a ello, para González Martínez ese no fue el momento más difícil que tuvo que atravesar, este llegó después, cuando concluyó sus estudios y volvió a México, decisión que en primera instancia fue difícil porque tuvo la oportunidad de quedarse en Francia, pero al sentirse comprometido y en deuda con su país, optó por volver.
“Regresar era un reto y yo sabía que no me iba a encontrar con las mismas disciplinas, instrumentos e incluso la tradición de hacer investigación. En ese momento yo regresaba a la FES Cuautitlán para hacer investigación porque fue la institución que me apoyó”, señaló.
Sin embargo, al llegar y no encontrar las condiciones necesarias para hacer investigación, recibió la propuesta de un grupo incipiente de electroquímicos en la UAM Iztapalapa para integrarse a ellos, así que decidió irse de la UNAM con la firme convicción de hacer investigación en favor de México. “Me costó mucho tomar esa decisión porque la UNAM me había apoyado en mi formación e incluso porque fui señalado de traidor por algunas personas cercanas a mí”.
Otros retos y la crítica familiar
Añadió que regresar en medio de una crisis económica (1982) complicó aún más el panorama. “Cuando regresé fue muy difícil, los salarios eran bajísimos e incluso recuerdo que en ese momento (ganaba 250 dólares aproximadamente) un hermano que acababa de terminar la carrera de Ingeniería Civil, sin estar titulado aún, me dijo, ‘tú con tu doctorado ganas tres veces menos de lo que yo gano, entonces a qué fuiste’ ", eso marcó mi vida.
Ante ese comentario que me generó un duro golpe emocional, solo atiné a decirle: “ 'Mi tiempo llegará', parafraseando al músico y compositor que admiro, Gustav Mahler, cuyo trabajo era fuertemente criticado cuando innovó la forma de hacer sinfonías y quien respondía de ese modo a sus detractores".
Primeros acercamientos con el mundo de la investigación
Respecto a sus primeros contactos con el mundo de la investigación, González Martínez recordó que fue hasta el nivel licenciatura cuando tuvo su primera experiencia en el mundo científico, pero que de manera formal realizó investigación una vez que inició su formación de maestría y doctorado.
“En la licenciatura mi primera investigación fue durante la tesis de titulación, y ya que estuve en la maestría y doctorado mis primeros proyectos giraron en torno a temas de química analítica, en particular la química de mezclas de ácido sulfúrico y ácido fosfórico para entender mecanismos de disolución de rocas fosfóricas”.
El catedrático platicó que durante el doctorado, previo al desarrollo de temas de investigación, se enfrentó a problemas derivados de los métodos de evaluación más estrictos que hay en las universidades extranjeras. “Mis primeros exámenes fueron complicados, cuando vi mis primeras calificaciones dije: ‘Dios mío’, pero ello definió incluso mi dinámica de enseñanza posteriormente”.
Referente a sus primeros pasos como investigador dijo también que durante aquella época se integró a un grupo de investigadores especializado en líquidos iónicos, tema que estaba en boga en ese momento y en torno al cual también realizó investigaciones.
Mi tiempo llegará… los frutos de la investigación
A pregunta expresa acerca de los trabajos de investigación realizados desde su incursión en la UAM, el investigador refirió que siempre ha desarrollado proyectos enfocados en solucionar problemas de la vida nacional y que, en consecuencia, resulten de beneficio para el país.
“Mi primer tema de interés giró en torno a la industria minera, una de las actividades más relevantes, económicamente hablando, para el país, así que comencé a trabajar con depósitos de metales y aleaciones, donde pude relacionarme con una importante empresa minera”.
Indicó que se trabajó en estrategias muy novedosas en cuanto a recuperación de metales se refiere, trabajo que incluso fue aplicado en plantas piloto con importantes resultados. “Otro aporte consistió en la formación de personal, ya que en esa área tengo gran cantidad de alumnos de doctorado”.
Explicó que un segundo tema que le interesó fuertemente giró en torno a la industria petrolera, donde trabajó en procesos para eliminar la corrosión asociada a la refinación de los petróleos mexicanos, los cuales son muy pesados debido a la alta concentración de azufre.
Una tercera línea de investigación donde se especializó se basa en la preservación ambiental, en particular del agua, área de investigación donde recientemente presentó un importante proyecto para tratar el agua residual de la industria automotriz a través de procesos químicos.
“Resultado de mi trabajo en minería, petróleo y productos naturales, actualmente concreté un proyecto muy bonito relacionado con mi cuarto gran tema de interés que es el medio ambiente. Se trata de un método electroquímico para depurar aguas contaminadas con afluentes muy complejos”.
Sobre este último proyecto de investigación explicó que lograron, de manera multidisciplinaria, escalar un proceso desarrollado por la profesora Judith Cardoso para poder extraer grasas y aceites emulsionados en agua, a nivel planta de producción.
Finalmente, mencionó que uno de los temas que más orgullo le significa es su aporte a la formación de recursos humanos especializados en diversas líneas de investigación a través de sus alumnos de maestría. No obstante, el mayor reto en la actualidad no se desprende de la formación de talento, sino de la generación de las condiciones necesarias para su inserción en el mundo laboral.
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