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Regionalismo yucateco y la Guerra de Castas

Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 6 de junio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Un antecedente de la Guerra de Castas en la península de Yucatán fue el proyecto separatista del siglo XIX, impulsado por la ideología de los partidarios del regionalismo yucateco. Desde el año 2009, Arturo Taracena Arriola, investigador del Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (Cephcis UNAM), inició un proyecto de investigación que contempló el estudio de los medios y los alcances que justificaron el regionalismo como ideología dominante del estado yucateco y sus repercusiones en el estallido de la Guerra de Castas. Es decir, ver la cultura como parte de la política y, por tanto, de la disputa del poder.

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Uno de los primeros resultados del proyecto de investigación fue la publicación del libro De la nostalgia por la memoria a la memoria nostálgica, donde el investigador estudió cómo la prensa literaria que surgió a principios de la década de 1840, liderada por Justo Sierra O'Reilly y sus colaboradores a través de El Museo Yucateco y de El Registro Yucateco, utilizó estos dos periódicos como lugares de memoria en papel para construir una ideología del regionalismo yucateco.

El estudio abarcó tanto el contenido como la empresa económica que implicó imprimir de 1841 a 1849 estas dos publicaciones. "Lo que me interesaba era entender todo el proyecto político, no solo desde el punto de vista discursivo sino histórico, y eso es lo que evidenció un núcleo de la élite yucateca encabezado por Sierra O'Reilly, que aspiraba a que Yucatán se convirtiera en una nación independiente de México, con una justificación histórica, política e idiosincrática, y con la idea de que los yucatecos eran fundamentalmente los no indígenas, mientras los indígenas eran definidos como tales (mayas) y no como yucatecos", expresó Taracena Arriola.

Sin embargo, también se presentaba una parte de la élite yucateca que se oponía al planteamiento de Sierra O'Reilly, y que consideraba que Yucatán debía negociar y ser parte de México. Esta postura fue la que se impuso finalmente en la coyuntura de la Guerra de Castas.

800x300 heroes 16 olvidadosPor otra parte, del lado de los regionalistas se presentó también un contradiscurso de los sectores más populares de provincia, como el de Santiago Imán, considerado como el héroe olvidado. "Santiago Imán veía que Yucatán debía ser para todos los yucatecos, entendiendo que mayas y no mayas tenían una madre en común, que no era nada más la tierra sino también el mestizaje y las raíces comunes de este, pues la mayoría de los yucatecos eran mestizos en alguna manera", apuntó.

De héroes olvidados: Santiago Imán, los huites y los antecedentes de la Guerra de Castas (Premio Nacional de Historia “Francisco Clavijero” del Instituto Nacional de Antropología e Historia) estudió el papel de este personaje militar que tuvo el poder de derrotar a los centralistas yucatecos en Campeche en el año 1841, conformando un ejército en el que los mayas jugaron un papel importante. Cabe mencionar que no únicamente se trataba de los mayas que estaban en los pueblos bajo control yucateco, sino sobre todo los mayas de La Montaña —o mayas cimarrones— que vivían en la parte oriental de la península.

"Él era un personaje, un capitán de milicias que se movía en Tizimín, una tierra de frontera entre la montaña y la región controlada por el estado yucateco. Estaba acostumbrado a hablar el maya, a tratar con los sectores populares. Él, que nació en Mérida como un criollo, se convirtió cultural y políticamente en mestizo, en una región dominada por mulatos, indios y mestizos, con poca presencia blanca", indicó Taracena Arriola.

Los mayas y el arte de la guerra

De acuerdo con el historiador, el pensamiento de Santiago Imán y las ambiciones de la élite política yucateca de separarse de México y de enfrentar a los ejércitos centralistas de Antonio López de Santa Ana, promovieron que se dieran armas a los mayas, quienes empezaron a practicar el arte de la guerra.

Los mayas participaron en los ejércitos yucatecos a cambio de promesas políticas que incluían la suspensión de tributos, el  otorgamiento de tierras, la defensa de la frontera agrícola, con el fin de que no desapareciera La Montaña y tuvieran acceso a la ciudadanía, que no gozaban de forma integral. "Ellos participan en esos ejércitos, aprenden el arte de la guerra y, si bien hay un trasfondo histórico de 300 años de explotación colonial, el estallido de la Guerra de Castas ocurre por promesas incumplidas y situaciones tirantes en una coyuntura dada, que es la lucha de los yucatecos frente al centralismo mexicano y las posiciones del gobierno santanista", indicó.

208 Huw edsPortada del libro De la nostalgia por la memoria a la memoria nostálgica.Santiago Imán fue uno de los primeros personajes que realizaron promesas a los mayas en Valladolid, durante el año 1840. Estas promesas fueron ratificadas por la junta política que rodeaba a Imán, por el Congreso de Yucatán, por el gobernador Miguel Barbachano y Tarrazo y perduraron mientras continuó la guerra contra la invasión del ejército mexicano. "Una vez derrotado el ejército mexicano en el año 1842, las promesas se fueron quedando vacías y apareció el miedo ancestral de que los indígenas se levantasen. Entonces se le da tierras en la frontera agrícola a los que pelearon en la guerra, muchos de ellos no indígenas, y se empiezan a carcomer el bosque de La Montaña, los tributos fueron restablecidos en su totalidad, la ciudadanía terminó por no ser acordada y la subalternidad en la que habían vivido los indígenas durante el proceso republicano iniciado con la Independencia quedó ratificada a pesar de la avanzada constitución estatal con que se dotó Yucatán con el fin de autogobernarse".

Mientras tanto, entre el año 1844 y el 1847 continuaron los enfrentamientos entre caudillos yucatecos, entre los que destacaron Acereto e Imán. Cada caudillo tenía sus ejércitos particulares con indígenas y no indígenas. "Entonces el estallido no es un estallido casual, surgido de la nada, sino en condiciones objetivas de una coyuntura histórica dada en su confrontación con el proyecto central mexicano y por la disputa de los espacios de poder no solo intraelitistas, sino con los sectores subalternos, en este caso los indígenas. Es decir, por lo que estaba ocurriendo en la política yucateca del momento, sin minimizarlo debido al resultado final: la integración de Yucatán a México y la consecuente derrota de la sublevación campesina", finalizó el investigador.

 

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