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¿Un economista en las ciencias de la salud?

Por Violeta Amapola Nava

Ciudad de México. 4 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El maestro en economía de la salud, Sergio Bautista Arredondo, es investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de la Secretaría de Salud. Al comenzar su formación académica no había pensado que terminaría trabajando en el campo de las ciencias de la salud. Pero al transcurrir el tiempo y desempeñarse como investigador en estas áreas, vislumbró cómo los aportes de la economía, además de ser valiosos, son bastante reconocidos y demandados por la sociedad.

Sergio Bautista Arredondo 16

Sergio Bautista Arredondo, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, comenzó sus estudios superiores en la licenciatura en economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), con un fuerte interés por la economía del desarrollo que abarca temas relacionados con la pobreza y la educación.

En su búsqueda por estudios de posgrado encontró la maestría en economía de la salud en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), una institución de excelencia y prestigio, y a pesar de no haber considerado los temas de salud durante su licenciatura le pareció una excelente opción cercana a la economía del desarrollo.

“Aunque yo no había estudiado nada en el área de las ciencias de la salud, me interesó este posgrado por su relación con la economía del desarrollo, y una vez allí me cautivó el tema de la salud y me quedé”, comenta el investigador.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Sergio Bautista Arredondo explica cuáles son las contribuciones que los economistas realizan en la investigación en el campo de la salud.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué investigaciones puede desarrollar un economista dentro de las ciencias de la salud?

Sergio Bautista Arredondo (SBA): Un economista no puede aportar mucho a la investigación clínica o a la investigación básica en el laboratorio. No tiene mucho que contribuir al diseño de ensayos clínicos para probar nuevas drogas, por ejemplo, pero en temas de salud pública su formación puede aportar mucho. Específicamente, la economía aporta en tres áreas muy importantes para la investigación en salud pública. 

AIC: ¿Cuáles son estas áreas?

SBA: 1. Microeconomía: En pocas palabras, la teoría microeconómica estudia cómo tomamos decisiones los individuos en contextos institucionales específicos. En este caso, cómo tomamos decisiones que afectan nuestra salud y nuestro acceso a servicios de salud, ya sea preventivos o curativos. Cómo tomamos decisiones sobre hábitos que afectan nuestra salud, como fumar o beber excesivamente, por un lado, o hacer actividad física y tener una buena dieta, por el otro; cómo tomamos decisiones sobre el uso de los servicios de salud, cómo decidimos utilizar tecnologías para evitar enfermarnos, o cómo decidimos usar las instituciones de aseguramiento.

Al conocer cómo tomamos decisiones en este respecto, podemos diseñar programas dirigidos a facilitar mejores decisiones que ayuden a la salud de los individuos. La microeconomía aporta métodos analíticos muy adecuados que han ayudado a desarrollar y mejorar programas de intervenciones y diseñar políticas que ayuden a mejorar la salud de las poblaciones.

2. Econometría: Los economistas empleamos herramientas estadísticas para evaluar la efectividad y el impacto de programas sociales. Un ejemplo muy famoso fue el programa Progresa que se transformó en Oportunidades. El programa fue diseñado para ser un programa de combate a la pobreza y simultáneamente un programa de inversión en capital humano. 

Este programa se convirtió en un referente en México, y a nivel internacional, debido a que como parte de su implementación, se contó con un diseño experimental para poder evaluarlo, lo cual sirvió de ejemplo para la evaluación de muchos otros programas. 

En los años 2000, el Banco Mundial empujó estas investigaciones de evaluación, lo que alentó un boom de evaluaciones y en México se llegó incluso a la creación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

México fue un pionero en estas evaluaciones. Ahora es una práctica muy común en todo el mundo utilizar herramientas econométricas para evaluar el impacto de programas sociales, incluyendo los de salud.

3. Evaluación económica: Aplicada a la evaluación de la eficiencia de programas e intervenciones de salud. Las evaluaciones de este tipo más conocidas son las de costo-efectividad y costo-beneficio, pero existen otras aplicaciones. Típicamente, este tipo de evaluaciones mide y compara los costos y los beneficios de diversas alternativas de programas, tecnologías o tratamientos en los sistemas de salud y ayudan a identificar las formas más eficientes (el mayor beneficio al menor costo) de lograr sus objetivos.

AIC: ¿Cuáles son las dificultades que se le han presentado al trabajar con especialistas de otras disciplinas?

Bautista tab 16SBA: Yo no diría que trabajar con especialistas de diferentes áreas sea un problema. Lo ideal para crear políticas de salud adecuadas es trabajar en grupos multidisciplinarios que incluyan economistas, especialistas clínicos y de todas las áreas implicadas.

Lo que sí nos ha ocasionado mayor dificultad es la gran cantidad de trabajo e investigaciones por realizar y el poco número de economistas de la salud que hay para abordarlas. Actualmente el grupo de Economía de la Salud del INSP realiza diversos estudios con este enfoque en distintas áreas de la salud pública, tanto en México como en otros países, y es un reto importante, para expandir esta agenda de trabajo, reclutar más economistas para esta disciplina.

Esto a pesar de que en México es una disciplina muy apreciada; de hecho, en la Secretaría de Salud, como subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud tenemos al doctor Eduardo González Pier, un economista muy reconocido.

Afortunadamente, cada vez hay más especialistas en economía de la salud. En Estados Unidos y en Europa hay un gran auge de esta disciplina y ya hay algunos estudiantes mexicanos que van al extranjero a estudiar estas disciplinas y regresan.

AIC: ¿Se tiene una maestría en economía de la salud en el INSP?

SBA: En el Instituto Nacional de Salud Pública tenemos una muy buena maestría en economía de la salud. Una dificultad que enfrentamos en la maestría es que no recibimos tantos alumnos de licenciaturas de economía como quisiéramos. Hemos logrado atraer alumnos excelentes que vienen de campos biomédicos, de ingenierías o de actuarías, pero nos ha costado mucho trabajo atraer alumnos excelentes de licenciaturas en economía.

A pesar de que existe una gran demanda por estos especialistas, el área no ha permeado lo suficiente en las licenciaturas de economía y los alumnos no identifican la economía de la salud como un campo con mucho futuro para desarrollarse y desempeñarse. Pero se espera que esto no siga así, pues el trabajo de estos especialistas es trascendental y bastante demandado. Este es un reto en el que hemos trabajado y seguiremos trabajando.

 

 

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