Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas: 32 años de impulso científico
Por Amelia Gutiérrez Solís
Colima, Colima. 17 de mayo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el propósito de contribuir al desarrollo en el área de la biomedicina mediante proyectos de investigación básica y clínica que aporten al bienestar de la sociedad mexicana, hace 32 años se fundó el Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB) de la Universidad de Colima (Ucol).
La idea que gestó este espacio de ciencia se perfiló a principios de los años ochenta en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), cuando un grupo de médicos colimenses, estudiantes de posgrado, se propusieron crear un centro de investigación para impulsar la ciencia en la Ucol.
Los doctores Jesús Muñiz Murguía, Miguel Huerta Viera, José Antonio Sánchez Chapula, Mauro Pacheco Carrasco, Alejandro Elizalde Lozano, Luis Barragán Díaz Infante, Sergio Dueñas Jiménez, Juan García Ramos y Carlos Onetti Percello hicieron posible la creación de este centro, pionero en la investigación en Colima.
El doctor en fisiología y biofísica, Miguel Huerta Viera, uno de los cofundadores, señaló que en aquel tiempo la Secretaría de Educación Pública (SEP) tenía la convicción de que la incorporación de la investigación en las universidades del interior del país mejoraría la docencia y el desarrollo de los planteles de educación superior.
Dr. Miguel Huerta Viera.Huerta Viera, nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), exdirector del CUIB, sostuvo que para impulsar la investigación en una universidad es necesario la cooperación de varias instancias, ya que se requiere disposición de la universidad local y de las autoridades federales como la SEP, además de que existan investigadores que estén dispuestos a colaborar.
“En aquel entonces el rector de la universidad era el licenciado Humberto Silva Ochoa y vio con buenos ojos esta propuesta que le presentó la SEP”, recordó el cofundador, quien señaló que se requirió un trabajo arduo de gestión para llevar a cabo este plan llamado La nueva universidad, que contemplaba siete centros de investigación por universidad en el interior del país, siendo uno de ellos el CUIB.
“A veces hago la comparación que el CUIB fue como un vergel puesto en un desierto porque no fue algo natural en ese tiempo. Ahora el gobierno federal y algunas instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) crean centros de investigación independientes de las universidades con todo el apoyo e infraestructura”, comentó el doctor en fisiología.
En los inicios de este centro, además del respaldo del Cinvestav, se contó con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para que empezaran con las investigaciones, proporcionando el equipo necesario.
De esta manera, las investigaciones biomédicas y de ciencias básicas fueron pioneras en la Universidad de Colima. En el CUIB, una de las primeras líneas de investigación que se desarrolló fue en el área del sistema nervioso central y endocrinología con los doctores Juan García Ramos y Ramón Álvarez-Buylla.
Mientras que Jesús Muñiz y Miguel Huerta trabajaban en la línea de investigación de propiedades mecánicas de músculo esquelético. Los doctores José Antonio Sánchez Chapula y Alejandro Elizalde desarrollaron la línea de investigación en farmacología y fisiología cardiovascular.
A su vez, Carlos Onetti investigaba canales iónicos y Mauro Pacheco y Luis Barragán también analizaban el sistema nervioso. “Todos ellos nos ayudaron en la etapa de generar infraestructura”, resaltó Huerta Viera.
Apoyo Conacyt
En la actualidad se trabaja en farmacología y fisiología cardiovascular, que siempre ha sido una línea prominente y muy productiva; canales iónicos y enfermedades crónicas degenerativas, específicamente cáncer y diabetes, así como hipertensión y problemas de envejecimiento.
Las investigaciones biomédicas, señala, son las que utilizan las técnicas básicas aplicadas a la medicina, por ejemplo la biología celular, la nanomedicina, farmacología y genética, entre otras.
“Presentamos el año pasado un proyecto a Cátedras Conacyt y autorizaron cinco cátedras para ayudar a resolver proyectos relacionados con esas enfermedades, lo que ha dado un renovado impulso al centro”, informó el experto en fisiología, quien señaló que actualmente colaboran 22 especialistas, que forman parte del SNI, en áreas como fisiología, farmacología, biología celular, electrofisiología y endocrinología.
Al respecto, el director de este centro, el doctor José Clemente Vásquez Jiménez, señaló que actualmente son 17 profesores de tiempo completo y cinco catedráticos Conacyt quienes participan en el CUIB y que de estos 22 cada uno tiene, al menos, un proyecto de investigación en marcha de forma individual.
“Para la Universidad de Colima, el reto es mantenerse en el nivel de consolidación que se tiene, ya que a lo largo de su trayectoria la investigación biomédica ha sido la que más productos científicos ha generado, de ahí que de los cinco investigadores con el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores de la Universidad de Colima, tres están en esta área. Tal vez algo adicional sería incrementar la obtención de recursos de convocatorias internacionales”, expuso el director.
Investigación científica y formación de recursos humanos de alto nivel
Durante más de tres décadas, el CUIB se ha dedicado a la investigación científica y a la formación de recursos humanos de alto nivel.
El doctor en farmacología, José Antonio Sánchez Chapula, nivel III en el SNI y exdirector del CUIB, señaló que todos los fundadores concordaron que sería difícil para el centro de investigación tener éxito sin alumnos de posgrado.
Para él uno de los retos en la actualidad consiste en incrementar la matrícula del posgrado, la maestría y el doctorado en ciencias fisiológicas; aunque reconoce que los egresados han sobresalido en universidades tanto nacionales como internacionales, además de que realizan posdoctorados. En estos 32 años se han graduado 94 maestros y 55 doctores.
Infraestructura
El CUIB cuenta con cuatro edificios que llevan los nombres de reconocidos investigadores: Juan García Ramos, Carlos Méndez, Ramón Álvarez-Buylla y Enrico Stefani Bonfanti, así como el auditorio José Antonio Sánchez Chapula, construido hace cuatro años, y el bioterio.
Actualmente está por culminar la construcción de otro edificio denominado Unidad de Fisiología, Farmacología y Biomedicina, que consta de dos plantas con cuatro laboratorios en cada una, los cuales serán ocupados por los investigadores nivel II y III en el SNI, que colaboran en el CUIB.
Además está contemplado rehabilitar los edificios Carlos Méndez, Ramón Álvarez-Buylla, Enrico Stefani Bonfanti y Juan García Ramos. Este último será utilizado para administración y laboratorios de uso común de los docentes del centro y los otros tres serán laboratorios para investigadores, junto con el nuevo edificio.
Los dos primeros centros de investigación en la Ucol fueron el CUIB y el de Ciencias Básicas. El CUIB en sus inicios contó con los edificios Juan García Ramos y Carlos Méndez, quienes fueron profesores de los fundadores en el Cinvestav.
Sánchez Chapula expresó que cuando estudiaban el posgrado en la Ciudad de México, Miguel Huerta empezó a entrevistarse con políticos y autoridades de la SEP, a quienes les pedía que lo escucharan porque quería, al igual que sus colegas, en un momento dado cuando terminaran su preparación académica, “crear un centro de investigación en Colima para hacer lo que nos gusta hacer”.
Los científicos colimenses consideran que el prestigio del CUIB se debe a la constancia y perseverancia de los investigadores, así como al respaldo de la propia universidad, del Conacyt y de instituciones nacionales e internacionales.
Descargar fotografías
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
