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Roberto Olayo y su deseo de hacer ciencia con impacto social

 

Por Ana Luisa Guerrero

Ciudad de México. 4 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Cuando Roberto Olayo González vislumbró su futuro académico en los primeros años de la juventud, tajante descartó las áreas biológicas y médicas. Se inclinó por la física y, paradójicamente, cuatro décadas después su investigación está centrada en el campo de la biomedicina.

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Profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolita (UAM), comprobó desde el inicio de su carrera que la ciencia se construye desde un enfoque multidisciplinario y que, indudablemente, utiliza diferentes áreas del conocimiento.

En la actualidad, la investigación que realiza le brinda múltiples satisfacciones, una de ellas es contribuir al bienestar de la sociedad.

El doctor Roberto Olayo comparte con la Agencia Informativa Conacyt que su vocación científica siempre estuvo presente. Creció en Durango y fue en ese estado donde descubrió su perenne deseo por el conocimiento, pensando en un principio estudiar alguna ingeniería; sin embargo, la física lo atrajo.

“En provincia, las carreras más populares eran médico o abogado y ninguna de las dos profesiones me agradaba. Surgió en mí el querer ser ingeniero, pero en esa época percibía mal sus funciones y creía que en la mayoría de los casos tendían a ser administrativas; busqué algo relacionado a los problemas de la ciencia, entonces decidí ser físico”, dice.

La carrera universitaria la cursó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde observó que los físicos se orientaban al análisis de partículas elementales y “problemas que sonaban muy lejanos para la aplicación en el país”.

Fue cuando definió su camino al estudio de los polímeros, impulsado en gran medida por el doctor Roberto Alexander Katz, quien fuera su profesor, pero también porque representaban una oportunidad de hacer ciencia aplicada.

“No me imaginaba en qué área haría la investigación; obviamente, jamás pensé que fuera a ser en biomedicina. Cuando elegí la carrera me fui a física para no tener que ver con la biología y ahorita estoy totalmente involucrado en ella”, relata con tono de risa.

olayo rec1 928A lo largo de su trayectoria académica, en la que ha dirigido más de 30 tesis de licenciatura, maestría y doctorado, ha palpado la interdisciplinariedad de la ciencia, pues “cuando entré a polímeros, muy rápido tuve que aprender electrónica y química para ver mis muestras y procesos industriales para aplicar los resultados de mis investigaciones. Muy rápido estaba trabajando con ingenieros químicos, electrónicos, físicos… y en la última década llegaron los biólogos, biomédicos y bioquímicos. Es importante resaltar que el concepto de la ingeniería cambió radicalmente”. 

Investigador por vocación y convicción

Su ingreso a la UAM fue en 1974, poco tiempo después de egresar de la licenciatura en la Facultad de Ciencias de la UNAM. En la Autónoma Metropolitana comenzó como profesor asistente y se formó como investigador; en los últimos 42 años ha ocupado diversos cargos administrativos, como jefe del Departamento de Física o integrante de diversas comisiones; además que en ella obtuvo su título de maestría y se doctoró en 1989.

“La UAM es muy importante para mí, me siento muy orgulloso de pertenecer a ella, pues la he visto crecer, tropezarse, levantarse y obtener resultados importantes”, reconoce.

El doctor Olayo González construyó su carrera científica siendo la físico-química de polímeros su área de interés, que lo llevó a involucrarse con la industria a través de convenios para ejecutar diversas líneas de investigación.

Y aunque su vocación por la ciencia siempre estuvo presente, recuerda que hubo un momento en que estuvo tentado a dejarla debido a que los ingresos que le ofrecía la academia no eran suficientes para cubrir las necesidades familiares.

“En esa época analizaba si valía la pena hacer investigación en México, porque no te alcanzaba para llevar a tu hijo al dentista y si no ibas a proveer para tu familia un mínimo elemental, había que hacer otra cosa. Estuve tentado de dejar la academia cuando tenía problemas para mi familia; de hecho, platiqué con uno de los rectores y le dije que si no había una diferencia en un año, me iba”, narra.

Fue entonces que jugó un papel importante pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), porque le ofrecía la oportunidad de seguir desarrollando su vocación con convicción. Actualmente tiene el nivel III.

Carrera de satisfacciones

El camino que la ciencia le ha marcado al doctor Roberto Olayo lo ha llevado a las aulas, laboratorios y trabajar en sintonía con la industria, pero además a transitar por terrenos en los que su labor tenga impacto social, particularmente en el rubro de la salud.

En la última década colabora con diversas instituciones en el desarrollo de biomateriales que contribuyan a la regeneración celular para lesiones en la médula espinal. Es en esta área donde ha encontrado múltiples satisfacciones, pues considera que esta labor contribuirá a que personas con algún problema de parálisis puedan caminar.

“Al principio de mi carrera quería hacer algo para el país, pero la industria de polímeros no fue tan perceptiva. El proyecto que actualmente ejecutamos tiene una capacidad de impacto social importante, lo cual me hace sentir muy satisfecho”, detalla.

Y es que, asegura, es extraordinario ver que un polímero que desarrollaron tiene la proyección de brindar movilidad a quienes no la tienen; y precisamente es el factor que lo motivó a cambiar su línea de trabajo hacia el área biológica.

“Para mí ya no es importante si nuestro material lo logra, lo importante ahora es que la comunidad que trabaja en este problema puede asegurar que va a ser posible recuperarse de una lesión de médula espinal; no sé cuánto tiempo nos tardaremos pero me motiva que esos problemas de salud ya no serán así para siempre, pues cuando haya un accidente, eventualmente vamos a tener capacidad de trabajar para que no deje inválida a una persona”, añade.

A sus 64 años, este investigador, que se define como jovial, dice no pensar en el retiro a corto plazo, ya que cuenta con la energía para seguir haciendo lo que más disfruta: investigación.

“Disfruto mi trabajo. Tengo 42 años trabajando y desde hace diez me están preguntando cuándo me retiro. Lo haré cuando ya no pueda trabajar, si estoy haciendo lo que me gusta, por qué me voy a retirar”, dice.

Otra de las pasiones del doctor Olayo González es impartir clases. A la fecha da cursos de laboratorio a nivel licenciatura y cursos propedéuticos en la UAM, además de asesorar estudiantes de posgrado; no obstante, reconoce que a la fecha ya no es tan paciente con los alumnos.

Su primera experiencia como profesor fue a los 23 años: “cuando llegué a dar clase no me creían que era el profesor, estaba dando clases a estudiantes que tenían años siendo maestros de primaria y secundaria. Yo llegaba a darles clases”, recuerda.

Tanta es su pasión docente que ya prepara las pláticas sobre física que ofrecerá a niños de primaria en diciembre próximo, en Ciudad Juárez, Chihuahua, porque se trata de actividades que le alimentan el alma.

 

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