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Carlos Salicrup, el médico-piloto líder en medicina aeroespacial


Por Tania Robles

Ciudad de México. 13 de julio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Piloto de Boeing 787, está designado para México como el médico examinador de la Administración Federal de Aviación y del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, también del Departamento de Transporte de Canadá y de los Servicios de Evaluación de Veteranos de Guerra de los Estados Unidos, profesor en cursos de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad de Sonora y de la residencia en medicina aeroespacial de Wright State University. Todo esto ha logrado a su corta edad el maestro en ciencias Carlos Salicrup Díaz de León.

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En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, platicó sobre los inicios de sus brillantes logros, inspiración y proyectos actuales, además de su visión sobre la importancia de la medicina aeroespacial en México.

Vocación por la ciencia y la técnica       

De padre piloto, Carlos creció a las afueras de la Ciudad de México observando y aprendiendo de aviones, electrónica, mecánica y carpintería. Durante su bachillerato, ingresó a la Cruz Roja Mexicana como voluntario donde se graduó con el grado máximo como paramédico avanzado. “Se supone que no puedes entrar hasta los 16 años y graduarte hasta los 18, pero conmigo hicieron una excepción con un permiso especial de mis padres y a los 15 años ingresé. A los 16 años ya era paramédico y fui subiendo de nivel hasta tomar cursos en el Hospital Militar y en el Centro Médico del Estado Mayor Presidencial”, contó.

Siempre quiso ser piloto aviador, pero indeciso sobre la elección de otra carrera que elegiría al finalizar el bachillerato, Salicrup investigó sobre las labores de los ingenieros mecánicos y electricistas, pues era una de sus opciones; sin embargo, terminó eligiendo la carrera de medicina y concursando para realizarla en la UNAM, de donde se graduó como médico cirujano.

“Mi pensamiento al principio era estudiar los dos primeros años de materias básicas para complementar lo que yo ya sabía cómo paramédico de terapia intensiva. Pero cuando terminé el segundo año me apasioné mucho porque trabajaba al mismo tiempo como paramédico y ello me facilitaba entender las cosas”, agregó.

Entre el primer y segundo año de pregrado, Carlos Salicrup también estudiaba simultáneamente para convertirse en piloto aviador, carrera que finalizó entre el verano de su segundo y tercer año académico de medicina. Mientras terminaba el tercer año académico, inició la huelga de la UNAM que creó incertidumbre en la continuidad de las clases en la universidad, razón por la que Carlos decidió concursar para un puesto de piloto en Aeroméxico.

1 salicrup1307 1“Entré ahí a volar y dejé medicina pendiente. Con base en Monterrey, al poco tiempo ya me encontraba además dando cursos de primeros auxilios, RCP y aeromédico a las sobrecargos. En esa época también participé en las ambulancias de terapia intensiva de la Cruz Verde de Monterrey como voluntario y con guardias en el Hospital San José del Tecnológico de Monterrey”, platicó.

Entre médico y piloto

A principios de 2001, Salicrup volaba durante tres semanas mientras una semana se dedicaba a dar estos cursos, pero con el ataque a las Torres Gemelas en septiembre de ese año, se realizó un recorte en la aviación mundial, “a mí no me tocó, yo estaba por ascender a capitán pero me llamaron un día y me dijeron que ya no podría dar cursos porque no había fondos; la buena noticia es que aún tenía trabajo como piloto. Con apoyo de gente que aprecio mucho, se logró que nos dieran permiso sin goce de sueldo para dejar los deberes del vuelo y concluir nuestras carreras”, comentó.

Durante ese tiempo, Carlos cuenta que algunos de sus compañeros se dedicaron a cumplir otros sueños o acabar proyectos, él finalizó la carrera de medicina en la UNAM y durante sus vacaciones volaba y cumplía con sus deberes como piloto de Aeroméxico, ya que cada seis meses debía de volar y tener un entrenamiento periódico para mantener la licencia de vuelo.

“Cuando estaba acabando el internado, me mandaron llamar ya que debía volver a volar tiempo completo. Tuve que pedir que me extendieran el permiso y ello no fue fácil; empezando el servicio social me pidieron volver. Fue todo un tema y al final tuve que trabajar como piloto y hacer mi servicio social simultáneamente”, agregó.

De esta forma, y nuevamente con un ritmo de trabajo acelerado, logró concluir su servicio social, hacer su examen profesional y titularse como médico cirujano.

En 2006, luego de terminar su servicio social, se dedicó a volar como piloto, a ejercer medicina y envió solicitud para una especialización y maestría en medicina aeroespacial en el programa que auspicia la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos. Desafortunadamente, por su corta edad no fue aceptado a pesar de cubrir con el perfil buscado. No obstante, ese año fue ascendido en Aeroméxico para volar el MD-80 y tuvo la oportunidad de continuar ejerciendo su carrera y comenzar a impartir cursos de medicina de aviación y ambulancias aéreas.

A principios de 2007, sorpresivamente fue convocado para realizar la especialidad en medicina aeroespacial y maestría en ciencias del programa de la NASA en Wright State University, por lo que decidió luchar por otro permiso e irse a realizar otro de sus sueños.

“Necesitaban a gente para las misiones lunares y el viaje a Marte, querían gente que conociera de sistemas aeroespaciales, sobre seguridad del ambiente aeronáutico y espacial, que supieran de atención de emergencias en lugares remotos y de medicina aeroespacial, por lo que podía cumplir con el currículum deseado y, a pesar de ser el de menor edad, me llamaron. Fue ahí donde comencé a meterme más en el área espacial aunque por ser mexicano no te autorizaban hacer las prácticas de residencia. Pero yo mandé cerca de 50 cartas al gobierno americano hasta que me aceptaron. Logré tener la autorización de seguridad nacional y hacer las rotaciones como residente”, explicó.

Para estos fines, Salicrup fue becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con lo que pudo pagar la colegiatura y manutención durante sus estudios de maestría y especialización en medicina aeroespacial en el programa de NASA en Wright State University.

Esfuerzos espaciales

Después de graduarse, continuó colaborando en el Centro Espacial Kennedy de NASA en misiones espaciales y experimentos, por lo que tenía la oportunidad de participar en los lanzamientos y aterrizajes de los transbordadores espaciales, así como en los experimentos y actividades que se llevaban a cabo en el centro espacial. También en esa época comenzaban a generarse esfuerzos para hacer una Agencia Espacial Mexicana (AEM), por lo que Salicrup se puso en contacto con los astronautas Neri Vela y José Hernández para colaborar en este proyecto y participar con el grupo promotor y en los foros consultivos.

Carlos es orgullosamente el único mexicano que en misiones de la NASA ha portado el emblema de la NASA, la bandera de México y el escudo de la Agencia Espacial Mexicana, mismo que portó en su overol de vuelo del centro espacial Kennedy durante la misión STS-134, el último vuelo del Atlantis y de un transbordador espacial.

1 salicrup1307 2“Me quedé como los primeros que estuvieron trabajando en la Agencia Espacial Mexicana, generar la política espacial, reglamentos y realizar el concurso para designar a un director general de la agencia. Además, redacté el anexo 7 de las líneas de política espacial mexicana, el cual trata de medicina aeroespacial. Este anexo lo redacté con el apoyo de directores médicos de la NASA, la agencia espacial rusa y europea. Nos quisimos asegurar que con este anexo aplicáramos las lecciones aprendidas por agencias mucho más antiguas. La ilusión era de todos, ya que podríamos lograr hacer buenos proyectos de medicina espacial y gran colaboración, porque con la creatividad mexicana podemos hacer mucho con poco”, contó.

Avanzados los diálogos y trabajos, se eligió un director general de la Agencia Espacial Mexicana y Carlos Salicrup fue designado, hasta enero de 2015, como representante de la Academia Nacional de Medicina en la junta de gobierno de la AEM.

“He concursado para ingresar al programa de astronautas de la NASA, obteniendo resultados alentadores que me animan a seguir en este camino. Mi plan de vida también es seguir siendo piloto-médico, es mi pasión y te da un punto de vista muy amplio. Te conviertes en un habitante del mundo, además experimento en mi propio cuerpo y mente los efectos del vuelo y ello me permite posicionarme aún más en la arena aeroespacial; agregado a ello actualmente tengo el privilegio de ser piloto de la aeronave más moderna del mundo en su tipo, el Boeing 787, de haber sido parte de uno de los primeros grupos de pilotos en volar este avión a nivel mundial y actualmente cruzar el Pacífico y el Atlántico. Tuve el honor y responsabilidad de ser uno de los cuatro pilotos que llevó al Papa Francisco de Ciudad Juárez a Roma, vuelo que jamás olvidaré”, comentó.

Para Carlos, la medicina aeroespacial no es solo medicina espacial y de aviación, sino que representa un amplia gama de aplicaciones, como en equipos de rescate, pues estos especialistas son entrenados en ambientes extremos: selva, polar, desierto, alta montaña, medicina hiperbárica, entre muchas otras áreas. México tiene todos estos ambientes y necesidades, por lo que mayores esfuerzos en esta área traerían beneficios sociales, científicos y tecnológicos al país. El aprovechamiento de estos especialistas trae grandes beneficios ya a países de primer mundo y a los países latinoamericanos que así lo hacen.

“Ya tenemos un curso de medicina aeroespacial en la Universidad de Sonora y estoy ayudando a poner el posgrado en medicina aeroespacial en la UNAM”, añadió.

El éxito de la perseverancia y talento

Recientemente fue designado como Chairman del Comité de Seguridad Aeroespacial de la Aerospace Medical Association, puesto clave ya que este selecto grupo de especialistas trata temas directos de seguridad con la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, la Fuerza Aérea y Naval de Estados Unidos y la Organización de Aviación Civil Internacional de la ONU, entre otros.

El doctor Salicrup es el expresidente en la Asociación Internacional Militar de Pilotos-Médicos, siendo el primero no estadounidense. “La mayoría de los pilotos-médicos que hay en el mundo son militares. A nivel civil somos pocos que ejercemos ambos y constantemente somos consultados en temas de fabricación de aeronaves, seguridad aeroespacial e investigación de accidentes”, comentó.

Es vicepresidente de la Asociación Iberoamericana de Medicina Aeroespacial, expresidente de la Asociación Mexicana de Medicina de Aviación y del Espacio, Associate Fellow de la Asociación Americana de Medicina Aeroespacial, donde participa en comités de seguridad, de salud mental en pilotos y en el grupo de ingeniería y factores humanos.

Además, participa en vuelos de cero gravedad, en donde realiza experimentos espaciales con aplicaciones benéficas para la humanidad, recientemente colaboró con el desarrollo de un dispositivo médico de anestesia y ventilación pulmonar impreso en 3D. Actualmente este dispositivo se encuentra ya en la Estación Espacial Internacional (EEI), convirtiéndose con ello en el primer mexicano que en representación de México logra tener un dispositivo en la EEI, “ahí está ya nuestra bandera y parte de nuestro corazón”, explicó.

Es el médico de misión y líder del equipo médico de la misión análoga a Marte que será llevada a cabo en Polonia este verano, misión que se realiza con el esfuerzo del Space Generation Advisory Council y la Agencia Espacial Europea.

1 salicrup1307“Para mí es un honor ser el primer médico mexicano que en representación de México participa con esta designación en una misión de este tipo, es un reto y una gran responsabilidad ya que no solo es actuar en caso de una emergencia médica, sino en la selección de los astronautas análogos, su valoración continua, entrenamiento, alimentación, sueño, ejercicio, estabilidad mental, el equipamiento médico, los simulacros y todo lo que involucraría tener que evacuar del hábitat remoto a uno de los astronautas análogos por una emergencia médica. Es en realidad aplicar todos los conocimientos que he adquirido con el equipo médico de misiones espaciales de la NASA y mi experiencia como médico-paramédico-piloto”.

Carlos Salicrup es invitado constantemente a ofrecer conferencias por todo el mundo, recientemente participó como el único conferencista proveniente de América Latina en el simposio del espacio que fue llevado a cabo en Colorado Springs, el más importante en su tipo a nivel mundial.

En México, frecuentemente lo encontramos dando conferencias en el Universum de la UNAM, en sus facultades, universidades estatales y en eventos mundiales que se celebran en México, como la Semana Mundial del Espacio y La noche de Yuri Gagarin. 

Realiza además proyectos espaciales y asesorías con la nueva generación de científicos y con algunas agencias gubernamentales, todo esto sin fines de lucro, “es una de las formas en las que le retribuyo a México lo que la UNAM y el Conacyt me permitieron lograr por medio de su formación y becas”, contó entusiasmado.  

Entre tiburones y el voluntariado

Desde hace 23 años, Carlos Salicrup se da el tiempo para ser voluntario de la Cruz Roja, es médico de las ambulancias de terapia intensiva y de soporte vital avanzado, también es instructor de paramédicos para este nivel e instructor certificado de cursos de reanimación cardiaca avanzada de la Asociación Americana del Corazón. Su pasatiempo es restaurar autos clásicos, sobre todo en cuestiones de mecánica y electrónica automotriz; también es buzo de nivel avanzado y apasionado de observar tiburones.

Carlos Salicrup Díaz de León es un mexicano líder en materia espacial y reconocido como uno de los más jóvenes de la medicina aeroespacial a nivel mundial. Durante el próximo mes, Carlos será el líder del equipo médico y primer médico mexicano en una misión análoga como la que se realizará en Polonia por parte del equipo internacional Poland Mars Analogue Mission (PMAS), en el cual participan experimentos tecnológicos de estudiantes mexicanos de la UNAM.

Es un impulsor e innovador de la ciencia y tecnología espacial en México y en el mundo que ha sabido representar de la mejor manera al país. “El límite lo pone uno. Si tu límite es infinito, vas a llegar al infinito”, finalizó Carlos Salicrup.

 

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