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La ciencia como una actividad gratificante: Jesús Antonio del Río


Por Carmen Báez

Temixco, Morelos. 25 de mayo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Considerado a sí mismo como una "simple persona", el doctor en física Jesús Antonio del Río Portilla ha logrado sobresalir en el ámbito científico, académico e institucional. Al ser el primer director del Instituto de Energías Renovables (IER) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha logrado colocar a la institución como un referente en investigación, formación de recursos humanos y difusión en energías renovables.

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Como resultado del trabajo que ha realizado en los últimos cuatro años al frente del instituto, en abril de este año el doctor Del Río Portilla refrendó su compromiso con la comunidad del IER al ser designado director para un segundo periodo (2017-2021). Para el investigador, una de las principales satisfacciones de estar al frente de esta institución ha sido armonizar el esfuerzo de sus colegas investigadores, así como fomentar la investigación científica y tecnológica del IER.

“He tratado que los investigadores tengan las herramientas suficientes para que puedan hacer su trabajo muy bien. Hemos transformado al instituto, venimos de un centro que tenía una organización departamental, de divisiones y ahora es una red. Mi principal objetivo era poder dar al instituto una estructura académico-administrativa que pudiera crecer de manera independiente, y que lo académico no dependiera de lo administrativo. Y lo hemos logrado”, comparte.

Originario de la Ciudad de México, Antonio del Río fue director fundador del Centro Morelense de Innovación y Transferencia Tecnológica, institución que busca propiciar el desarrollo económico de la entidad mediante el impulso de la ciencia y la tecnología. Sus aportaciones científicas en el campo de las energías renovables van desde la investigación básica y aplicada hasta desarrollos tecnológicos. En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador compartió sus primeros acercamientos con la ciencia.

Primeros acercamientos con la ciencia

Su primer contacto con la ciencia fue gracias a la iniciativa de su madre, a la que considera “una maestra vigilante cotidiana” de su educación. Junto a sus hermanos y hermanas frecuentaban el entonces Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (Mutec), lugar donde escuchó en voz del destacado astrónomo mexicano y fundador del Observatorio Nacional San Pedro Mártir y del Instituto de Astronomía de la UNAM, Arcadio Poveda Ricalde, conversaciones sobre física, astronomía y cosmología.

1 rio2505“La Academia de Investigación Científica, actualmente la Academia Mexicana de Ciencias, organizaba eventos en ese lugar, y mi madre nos llevó a todos los hijos e hijas a oír estas conferencias; ahí escuché a Arcadio Poveda y comenzó a interesarme la ciencia. Entonces decidí estudiar lo que él hacía: física”, recuerda.

En la actualidad, para el doctor en física la profesión de la ciencia genera, a quienes se dedican a ella, muchas satisfacciones. “Cuesta mucho trabajo, es una carrera muy larga y no se tienen éxitos y recompensas inmediatas, es de largo alcance, pero es muy gratificante”, resalta.

Educación y papel como director del IER

Jesús Antonio del Río Portilla creció en la colonia Bondojito, en la Ciudad de México —considerada cuna de boxeadores y futbolistas—, al lado de sus cuatro hermanos, su madre y su padre. A lo largo de su infancia y adolescencia se trasladó de una colonia a otra con fines educativos.

Su formación a nivel medio superior la realizó en la Escuela Nacional Preparatoria plantel 9 “Pedro de Alba”. Desde la licenciatura hasta el doctorado los realizó en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

El doctor Jesús Antonio del Río Portilla ha estado ligado a la institución que hoy dirige desde sus inicios, primero como investigador visitante en el Laboratorio de Energía Solar (LES), donde también realizó su tesis de doctorado, para luego ocupar una plaza en el Centro de Investigación en Energía (hoy IER). Ahí conoció a la doctora Julia Tagüeña Parga, hoy su amiga y colega, con quien comparte autoría del libro La casa dorada, entre otros, y diversos artículos de divulgación.

La colaboración profesional se dio a través de un proyecto relacionado con silicio poroso, un material que en aquella época prometía poder acoplar los sistemas electrónicos con absorción de luz.

“Después de cuatro meses de regresar a trabajar a la Universidad de Chapingo —lugar donde inició su carrera académica—, me comentaron que había una plaza para trabajar en el campo de la energía solar y así llegué al LES. Empecé con algunas ideas de cómo poder aprovechar este tipo de energía en algunos sistemas químicos —cuando estos se calientan almacenan energía en una reacción y son medios porosos—, yo creía que podíamos hacer almacenamiento”, recuerda.

Frente al IER, el doctor Del Río Portilla lo ha logrado consolidar como un referente en materia de las energías renovables. En 2014 se convirtió en el líder del Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar (Cemie-Sol), además de ser uno de los pocos institutos en ofrecer un programa de licenciatura para formar especialistas en el área.

“Contamos con un nuevo reglamento que es diferente al de otras instituciones nacionales, pero similar al de institutos grandes en donde la organización es en red. Por otro lado, en este instituto se amalgama muy bien la enseñanza con la investigación, donde miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) imparten clases a nivel licenciatura. Es muy probable que en ninguna parte del mundo un conjunto de investigadores de este nivel imparta clases a todos los alumnos de nivel licenciatura”, explica.

La divulgación científica como un compromiso social

Además de su quehacer científico y administrativo, el doctor Jesús Antonio del Río Portilla se ha preocupado por promover la enseñanza de la ciencia en la educación elemental. Por un tiempo ofreció pláticas a maestros de jardín de niños y primaria.

1 antonio2505A esta actividad se suma su trayectoria como divulgador de la ciencia, una actividad que nace de la motivación de sus dos hijos, con quienes en su momento realizó experimentos tratando de contestar inquietantes preguntas; derivado de esto es que sembró en sus dos hijos el gusto por la investigación. Uno de ellos es doctor en ingeniería química por la Universidad de Cambridge, mientras que su hija estudia el doctorado en matemáticas en la Universidad de Oxford.

Respecto a la importancia de la difusión y divulgación de la ciencia, el doctor Del Río señala: “Hoy en día las decisiones de los gobernantes, por ejemplo, la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea, son producto de que la gente no está bien informada, y tenemos que combatir esta desinformación. Trato de escribir artículos de divulgación para que las personas tengan herramientas para decidir con base en el conocimiento”.

El doctor ha publicado más de 100 artículos de divulgación en diferentes medios locales y nacionales, varios libros de divulgación en temas de energías renovables y un libro sobre patentes. Este último es un manual que proporciona a científicos e ingenieros “las directrices necesarias para plasmar sus invenciones en un documento que cumpla con los requisitos mínimos para solicitar su protección bajo la figura de patente”, y es que el doctor Del Río Portilla cuenta con más de cinco patentes otorgadas y otras más en categoría de solicitud.

Cuando no está en un salón de clases o laboratorio experimentando y discutiendo con los alumnos resultados y teorías, o en su escritorio del IER revisando asuntos burocráticos, el doctor Jesús Antonio del Río Portilla aprovecha el tiempo para hacer lo que más le gusta: correr, ir al cine o disfrutar una función de teatro. Pero, sin dudarlo, dice que la actividad que más disfruta es caminar en el campo o en la ciudad del centro de Cuernavaca, lugar donde radica desde 1990.

“Me divierte la biología, me encanta ir con mis colegas biólogos al campo, aprender de ellos y entender el comportamiento de los animales, por ejemplo. Me gusta cultivar flores y plantas para después comerlas; aprovechar lo que tengo a nuestro alcance y ser productor de mis propios alimentos”, agrega.

Energías renovables, una opción de largo plazo

Para el investigador, en la actualidad el futuro de la humanidad se encuentra en el uso y aprovechamiento de las energías renovables, aquellas que a partir de fuentes naturales, como el viento y el sol, pueden generar electricidad sin contaminar el medio ambiente como lo hacen los hidrocarburos. La opción de los hidrocarburos, dice, fue una solución desde 1900 y lo será hasta los próximos 80 años, aproximadamente; sin embargo, esto puede cambiar.

“Las energías renovables se utilizaron por miles de años, los barcos que llegaron a América de Europa se trasladaron gracias a este tipo de energía; tenemos que seguir optando por las renovables, pero mejorando la tecnología. Hoy en día tenemos el nivel de vida que hemos alcanzado gracias a la energía que fue almacenada en el petróleo. Es posible que esta se acabe pronto y lo más grave es que para usarla hemos cambiado la composición de la atmósfera, lo que va a cambiar la forma de vida en la Tierra en los próximos años. Las renovables son, desde mi punto de vista, una opción de largo plazo pero totalmente viable y redituable”, concluye el investigador nivel III del SNI.

 

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