Prolongación Manuel Carpio
Por Aketzalli González
En Santa María la Rivera, cerca del quiosco Morisco y el Museo de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre la Calle Salvador Díaz Mirón y la Calle Eligio Ancona, se encuentra la prolongación Manuel Carpio, en honor a uno de los intelectuales más importantes de México.
Manuel Carpio fue poeta, filósofo, maestro, médico y científico. Aun cuando es más reconocido por su obra literaria, algunos autores lo consideran el enlace de dos épocas transformadoras en la medicina y el estudio de la ciencia.
Manuel Eulogio Carpio Hernández nació el 1º de marzo en la villa Cosamaloapan, ahora Carpio en su honor, actual municipio de Veracruz. Sus padres fueron José Antonio Carpio; de Córdoba, España y Doña Josefa Hernández, nativa de Veracruz. Siendo niño viajó a Puebla para ingresar al Seminario Conciliar, donde sobresalió en latín, artes, letras, filosofía y teología.
Decidió no estudiar para sacerdote y optó por cursar medicina en el Hospital de San Pedro. Años más tarde, formó una academia de medicina de la que fue presidente. En 1823 obtuvo el grado de bachiller y recibió, del obispo don Antonio Joaquín Pérez, una beca para ingresar a la Universidad de México, donde se recibió como profesor de medicina, en1832.
Un año después, el intelectual Manuel Carpio formó parte del profesorado del establecimiento de Ciencias Médicas y se hizo cargo de la cátedra de fisiología e higiene. En sus cátedras incorporó conceptos nuevos de fisiología y aparte tradujo al español los aforismos y pronósticos de Hipócrates. Asimismo, fue miembro fundador de la primera Academia de Medicina, de la Comisión Nacional de Estudios y vicepresidente del Consejo Superior de Salubridad; además impartió la cátedra de anatomía en la Academia Nacional de San Carlos de México.
Entrñable labor
José Bernardo Couto, biógrafo y amigo entrañable de Manuel Carpio, afirmó: El cuidado de seguir la ciencia en sus adelantos, lo mantuvo hasta sus últimos días, aunque sin dejarse jamás deslumbrar con novedades. Cita que habla acerca del pensamiento perspicaz del poeta en cuanto a la ciencia, mostrando siempre interés por ir más allá de la práctica de la medicina tradicional.
Las ansias innovadoras de Manuel Carpio, lo llevaron a condenar las pseudo-ciencias como perjudiciales y peligrosas, aseverando que para cada mal existía un medicamento biológico. En ese sentido, participó en la innovación del método empírico pero a través de la enseñanza científica, descriptiva y de vanguardia. De manera que se le consideró el artífice de la medicina científica en México, gracias a su afán de fidelidad hacia la ciencia y por seguir el método científico. Logrando con ello la transición extrema de la medicina colonial y tradicionalista a la científica.
En el país, Carpio fue el primero en realizar estudios e investigaciones con un microscopio. Suprimió el concepto humoral e introdujo el anatomo-patológico. Adicionalmente, buscó difundir sus conocimientos a la población, a través del libro Medicina doméstica, donde plasmó principios básicos de higiene, primeros auxilios y pequeñas intervenciones quirúrgicas. Falleció el 11 de febrero de 1860, posterior a la muerte de su esposa Guadalupe Berruecos y a la de su cuñado Rafael.
Fuente:
Athié-Galloa, Fermín. (2010). Homenaje al doctor Manuel Carpio, en el CL aniversario de su fallecimiento. Gaceta Médica Mexicana. Vol. 146 No. 4, México D.F.
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