Primer Laboratorio Nacional de Geoquímica y Mineralogía en México
Boletín de prensa
407/2015
México, DF. 1 de junio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde sus inicios en el año 1906, y su incorporación en 1929 a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto de Geología ha sido un referente en el estudio de la composición y estructura rocosa del país, su evolución a través del tiempo, recursos minerales, suelos y agua subterránea, así como también en el análisis del impacto de las actividades humanas en el medio ambiente.
Actualmente, el instituto cuenta con cuatro departamentos de investigación: Geología Regional, Paleontología, Edafología y Geoquímica, en esta última área con más de 30 años de experiencia en investigación.
Bajo el liderazgo de la doctora en Geología y directora de dicho instituto, Elena Centeno García, los proyectos que se realizan en esas áreas se consolidan aun más con la creación del primer Laboratorio Nacional de Geoquímica y Mineralogía (Langem), anexo al edificio principal del instituto.
La mineralogía y la geoquímica se encuentran estrechamente relacionadas, detalló la entrevistada; mientras la primera estudia los minerales formadores de las rocas que componen la corteza terrestre, la segunda explora el origen y evolución de los elementos químicos en la Tierra, contenidos en los minerales formadores de las rocas y en los productos derivados de ellas, además de la composición química del agua.
El laboratorio, que se enriquece con la integración de los laboratorios de otras entidades de la UNAM (como el Instituto de Geofísica y el Instituto de Investigaciones Antropológicas), de la Universidad de Sonora (Unison) y del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), fue posible gracias a las contribuciones de las autoridades universitarias de la UNAM y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Elena Centeno García, quién también es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó que las principales líneas de investigación que se gestan en el nuevo laboratorio son estudios relacionados con la degradación del suelo (edafología ambiental), análisis de hidrogeoquímica para la calidad del agua, análisis de sitios contaminados y estudios de los procesos geoquímicos-mineralógicos en materiales geológicos.
“Para México, este laboratorio es muy importante porque tocamos dos temas cruciales para la nación: la caracterización de los recursos naturales y la evaluación del impacto ambiental por la actividad humana. A pesar de ser muy grande no cubre toda la necesidad que requiere el país. La idea es apoyar a otros grupos e instituciones en el desarrollo de sus propias infraestructuras, a través de la experiencia que se tiene con la formación de un laboratorio de esta magnitud”, añadió.